Imagina recibir una bolsa llena de pelos de vaca con un desagradable olor. La mayoría de nosotros quizás diríamos «¡Gracias, pero no!», pero para investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), esta peculiar materia prima fue un tesoro en potencia. Victoria Bracamonte, Guillermina Luque y Andrea Calderón, junto con su equipo, identificaron en estos pelos una prometedora materia prima para desarrollar baterías de litio sostenibles.
Una innovación con sello argentino
Esta investigación, desarrollada en el Laboratorio de Energías Sustentables (Laes) de la UNC, ha contado con el respaldo de YPF-Tecnologías (Y-TEC). Y no es para menos, el descubrimiento ha sido tan significativo que ya han solicitado una patente en Estados Unidos. Pero, ¿qué tiene de especial el pelo de vaca?
El poder del biocarbón
Para entenderlo, primero debemos hablar sobre cómo funcionan las baterías actuales. Generalmente, estas contienen ánodos de grafito y cátodos de cobalto y níquel, elementos que, aunque efectivos, son costosos y contaminantes. El azufre, por otro lado, se presenta como una alternativa más eficiente y sostenible para los cátodos, pero tiene un desafío: necesita un «esqueleto» en donde adherirse.
Ahí es donde entra en juego el pelo de vaca. Al procesar estos pelos, se obtiene biocarbón, un tipo de carbono con estructuras micro y nanoporosas. Estas características permiten mejorar la velocidad de carga de la batería y ofrecer una mayor estabilidad en sus ciclos.
Pero el camino no fue sencillo. Tras recibir los pelos, el primer desafío fue eliminar su olor. Después de lavados domésticos y procesos de «cocción», se obtuvo el biocarbón ideal. Este, combinado con azufre, se convirtió en la base de la batería experimental que demostró un sorprendente rendimiento electroquímico.
Mirando hacia el futuro
Si bien esta tecnología aún está en sus etapas iniciales y podrían pasar alrededor de 10 años antes de que llegue al mercado, promete revolucionar la industria de baterías. Ezequiel Leiva, del equipo investigador, aclara que no reemplazarán a las baterías actuales, pero sí podrían convivir con ellas, ofreciendo autonomías superiores en vehículos eléctricos.
Beneficios ambientales y económicos
En tiempos donde la sostenibilidad es vital, esta innovación se alinea con la necesidad de acelerar la transición energética y combatir el cambio climático. Además, representa una oportunidad para la industria de curtiembres argentina, generadora de grandes cantidades de pelo de vaca como residuo, al darle un nuevo uso a este material.
Ciencia, perseverancia y esperanza
Victoria Bracamonte resume el espíritu del proyecto al afirmar: “Fueron dos años de trabajo duro con la pandemia de por medio. Pero lo logramos”. Esta investigación es una clara muestra de que la ciencia y la perseverancia pueden llevar a buenos descubrimientos, abriendo puertas a soluciones sostenibles y beneficiosas para el mundo entero.
Susana dice
Felicitaciones a los investigadores!