Actualizado: 29/09/2022
Alex Weber es una adolescente a quien le gusta bucear con su padre desde niña. Practicando este deporte, por desgracia, pudo comprobar en primera persona que el océano está lleno de pelotas de golf. Se ha propuesto limpiarlas y ya ha recogido 50.000.
Alex Weber es una adolescente que adora bucear en la costa Carmel de California. Desde muy pequeña acompañaba a su padre.
En verano de 2016, buceando cerca del campo de golf Pebble Beach, descubrió que en el fondo marino estaba lleno de pelotas de golf, en distintos grados de descomposición.
A partir de ahí comenzó su cruzada para sacar las pelotas de golf del mar e investigar así, el problema más a fondo.
En su primer día de travesía recolecto 2000 pelotas, desde entonces ya ha recogido más de 50.000.
En el garaje de sus padres ha acumulado 2.5 toneladas de pelotas. Además de limpiar, ella investiga y recopila datos sobre este problema.
Se documenta con Matthew Savoca.
Matthew Savoca es un científico de la Universidad de Stanford que estudia los desechos plásticos marinos. Weber le consultó sobre el fuerte olor que desprendían las pelotas y si podía ser sulfuro de dimetilo (DMS).
El DMS es un químico plástico que actúa como activador de alimentos para los animales. Savoca se interesó, además animando a la joven a escribir un artículo sobre su descubrimiento.
Se unió a ella en la cruzada de la recolección de pelotas de golf, recogieron tantas que los kayaks debieron ser remolcados a la costa. En esos momentos recogían entre 500 y 5000 bolas por día.
Conclusiones.
El artículo escrito por Weber se publicó en Marine Pollution Bulletin, titulado «Cuantificación de desechos marinos asociados con campos de golf costeros».
El equipo observó que las bolas tienen una recubierta de poliuretano que se degrada con el tiempo. Además contienen compuestos tóxicos de zinc. También el oleaje y las corrientes actúan como un molino que rompe las pelotas.
El verdadero peligro de estas bolas no es la contaminación, el peligro está en que los animales marinos pueden comerlas. De esta manera el daño comienza a ser más importante.
En la actualidad existen muchos campos de golf cerca de mares y océanos. Los números son alarmantes si un jugador en Pebble Beach pierde de 1 a 3 pelotas por ronda, puede llegar a perder en el mar hasta 186 pelotas en un año.
Si multiplicamos esta cifra por cada jugador y campo de golf cerca del océano, descubriremos que el problema es real y muy grave.
Los autores esperan que su trabajo cree conciencia del problema y ayude a crear protocolos de limpieza. Así como también regulaciones estrictas que obliguen a recuperar las pelotas de golf.
Weber ha comentado que afortunadamente algunos campos de golf han comenzado a limpiar las playas. Tal vez es el momento de que se pongan de moda las pelotas de golf fabricadas con materiales naturales y biodegradables.
Más información: www.theplasticpick-up.org
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