En el mundo de las baterías, el tipo LFP se está convirtiendo en uno de los protagonistas de la transición energética. A diferencia de otras variantes, las baterías LFP destacan por ser más seguras, duraderas y asequibles. Pero, ¿cómo funcionan y qué las hace diferentes?
El auge de las baterías LFP
Las baterías LFP, cuyas siglas corresponden a «lithium-fer-phosphate» o litio-hierro-fosfato, pertenecen a la amplia familia de las baterías de iones de litio. Sin embargo, se han popularizado a una velocidad asombrosa, desplazando gradualmente a su pariente cercano, las baterías LCO o Litio-Cobalto Óxido.
La razón de su éxito radica en varios factores:
- Durabilidad: tienen una vida útil más prolongada.
- Seguridad: muestran una menor tendencia a autoinflamarse.
- Coste: son más económicas.
- Sostenibilidad: no requieren de cobalto ni níquel, dos materiales controvertidos por sus impactos medioambientales y sociales.
Sin embargo, estas baterías presentan una densidad energética ligeramente inferior a las LCO. A pesar de esto, para aplicaciones como baterías estacionarias, esta característica no es una desventaja. De hecho, es la tecnología predominante en baterías domésticas actualmente en venta. Y la brecha en densidad energética no es impedimento para que coches eléctricos, como los modelos Model 3 y Model Y de Tesla o prototipos de Citroën y Renault, opten por ellas en busca de reducir costos.
¿Cómo funciona una batería LFP?
Una batería, en términos generales, está compuesta por varias células llamadas acumuladores, que se encuentran protegidas por una cubierta. La dinámica esencial de estas baterías es el intercambio de iones de litio a través de un electrolito, entre una electrodos positivo y negativo. En el proceso de descarga, el litio se acumula en el electrodo positivo, y durante la carga, se traslada al negativo.
La característica distintiva de las LFP se encuentra en su electrodo positivo, hecho a base del compuesto Lithium-Fer-Phosphate (LiFePO4). Esta sustancia presenta una estructura con sitios alternados de hierro y fosfato, unidos por oxígeno. Entre estos sitios, hay espacios que permiten la inserción de los átomos de litio en un patrón tridimensional. Esta es una diferencia crucial respecto a otros materiales usados en baterías Li-ion, como el LCO, que se estructura en láminas bidimensionales.
En cuanto al electrodo negativo, al igual que en otras baterías Li-ion, está hecho de carbono en forma de grafito. Aquí, el litio se introduce entre las láminas de grafito. El electrolito, por otro lado, no es acuoso debido a la reactividad entre el litio y el agua. Su función principal es ser un conductor iónico, facilitando el movimiento de los iones de litio dentro del acumulador.
A pesar de su menor densidad energética, las baterías LFP han encontrado aplicaciones en una variedad de áreas, incluidos vehículos eléctricos, almacenamiento de energía a gran escala y sistemas solares domésticos.
Ventajas e inconvenientes de las baterías LFP
A continuación, se detallan las principales ventajas e inconvenientes de esta tecnología:
Ventajas de las baterías LFP:
- Seguridad: Las baterías LFP son más estables térmicamente y menos propensas a la autoinflamación en comparación con otros tipos de baterías de iones de litio. Esta característica las hace especialmente seguras en situaciones de sobrecarga o cortocircuito.
- Vida Útil Prolongada: Estas baterías suelen tener una mayor vida útil y pueden soportar un mayor número de ciclos de carga y descarga sin una pérdida significativa de capacidad.
- No Contienen Metales Problemáticos: A diferencia de otras baterías de iones de litio que utilizan cobalto o níquel, las LFP no contienen estos metales, que a menudo están asociados con desafíos medioambientales y éticos en su extracción.
- Costo: Generalmente, las baterías LFP tienden a ser más asequibles a largo plazo, especialmente cuando se considera su vida útil extendida y la potencial reducción de precios debido a la ausencia de metales caros.
- Resistencia Térmica: Las baterías LFP son menos susceptibles a problemas derivados del calor, lo que puede ser beneficioso en aplicaciones en climas más cálidos o en situaciones donde la disipación del calor es una preocupación.
Inconvenientes de las baterías LFP:
- Densidad Energética: Una de las principales desventajas de las baterías LFP es su menor densidad energética en comparación con otros tipos de baterías de iones de litio. Esto significa que, para la misma cantidad de energía almacenada, una batería LFP podría ser más grande y pesada.
- Potencia de Descarga: Aunque las baterías LFP pueden proporcionar corrientes de descarga adecuadas para muchas aplicaciones, algunos tipos de baterías de iones de litio ofrecen tasas de descarga más altas, lo que puede ser esencial para ciertas aplicaciones de alta demanda.
- Compatibilidad: Dado que las baterías LFP tienen características de carga y descarga ligeramente diferentes en comparación con otras baterías de iones de litio, los sistemas diseñados para otros tipos de baterías podrían requerir modificaciones para ser compatibles con la tecnología LFP.
Fermín dice
Buena información, la compartiré, gracias