Actualizado: 21/02/2021
Hologramas en lugar de animales y el objetivo de espectáculos sin crueldad: el circo mágico del futuro se llama Roncalli.
El Circo Roncalli representa la nueva frontera libre de crueldad de los espectáculos itinerantes. Abandonando el uso anacrónico y cruel de los animales, este circo alemán siempre ha estado comprometido con la promoción de espectáculos alternativos e innovadores.
Circo Roncalli: la historia.
Fundado en 1976 por Bernhard Paul y André Heller, el nombre del circo se inspira en el título de una película, pero también recuerda el del popular Papa Juan XXIII.
En 1986 fue el primer circo que actuó en Alemania Oriental, país controlado por aquel entonces por la Unión Soviética.
En los últimos tiempos ha saltado a la fama gracias a la forma innovadora en que propone sus espectáculos.
La presencia de animales está garantizada por hologramas realizados con 11 potentes proyectores de muy alta resolución, tecnología laser multicolor. Las luminosas proyecciones de peces, caballos y elefantes te dejan boquiabierto y sorprenden a jóvenes y mayores.
Payasos y acróbatas, representantes de la tradición clásica del circo, se unen con la tecnología, capaz de proporcionar una experiencia única a sus espectadores.
Esto lo convierte en un circo único y libre de crueldad que esperamos que pueda ser inspiración para otros circos por todo el mundo.
El uso de animales es anacrónico y poco educativo para los niños, público al que se dirige mayoritariamente este tipo de espectáculos.
La realidad virtual creada gracias al soporte tecnológico permite vivir una experiencia única sin compartir el sufrimiento de los animales en una jaula. Los espectáculos de animales son cada vez menos populares.
Entre sus próximos retos, el fundador también quiere que su circo esté libre de plástico.
Desde el punto de vista legislativo, ya son muchos países los que están prohibiendo este tipo de espectáculos con animales.
Un excelente ejemplo de cómo conciliar el arte y el entretenimiento con el respeto a la vida y la libertad.
Candela dice
Jugar es otra cosa.
USAR animales salvajes en un entorno que los domestica y «educa» para entretenimiento humano es maltrato y sometimiento, es el humano creyendo que todo lo que respira pero no es humano esta a su disposición. Los animales no existen para entretener a nadie, y menos para aprender a hacer pelotucedes para el goce humano doblegando su naturaleza, instinto y quitandolos de su habitat natural. No hace falta la tortura hasta la sangre para considerar maltrato. No estan para que los usemos, para nada, punto. Que te saquen de tu ciudad, de tu casa, tus costumbres y de tu entorno para que vayas a hacerle volteretas a un marciano que disfruta viendote lo considerarias aceptable? No es maltrato eso? Re divertido… NO es jugar, es usar.
Eva dice
Qué tontería. La crueldad en los circos no tiene que ver con el empleo de animales, para ellos es un juego, como cuando le enseñamos a hacer una monería a nuestro perro.
La crueldad se da cuando los maltratan, los tienen en cuchitriles sucios y minúsculos y en vez de psicología animal usan violencia para enseñarles los juegos, pero un animal domesticado como nuestro perro o nuestro gato, es perfectamente feliz si sus compañeros humanos los tratan con cariño. A quien hay que perseguir es a los adiestradores maltratadores igual que hay que perseguir a los dueños de perros que los maltratan, no prohibir tener perro.
Otra cosa es que tenga interés ver cómo un elefante juega con una pelota, que a mí nunca me lo ha parecido ni cuando era niña, pero de ahí a decir que es cruel jugar con animales ante un público, es una tontería como una catedral.
Cuidado con esos artículos con argumentos pueriles porque son los que dan argumentos a esos animalistas que dicen que las casas son prisiones y los animales de compañía son esclavos y que hay que prohibirlos y quitarnos a nuestros «familiares» caninos, felinos, aves, hasta porcinos y otras categorias animales que tanto bien nos hacen y tanto bien reciben. Las buenas intenciones cuando se separan de la razón pueden ser peligrosas, cuidado.