En el tercer trimestre de este año, los híbridos no recargables superaron a los diésel en la cuota de mercado de coches nuevos vendidos en Europa por primera vez.
Calificar este adelantamiento de histórico sería una exageración, pero no deja de ser un signo de los nuevos tiempos: las modernas tecnologías del motor se imponen cada vez más en las elecciones de los consumidores.
Por otro lado, las cifras del área que comprende la Unión Europea, los países de la AELC y el Reino Unido, publicadas por Acea, la Asociación de Fabricantes Europeos, hablan por sí solas: entre julio y septiembre, las matriculaciones de híbridos aumentaron un 25,9%, hasta las 588.429 unidades, para una cuota de mercado que mejoró desde el 13,51% del mismo periodo del año anterior hasta el 21,99%.
Por otro lado, los diésel han visto caer las matriculaciones un buen 52,8%, hasta las 414.179 unidades, y su cuota ha bajado del 25,37% al 15,48%.
Los vehículos recargables también crecieron.
Los coches recargables, los que funcionan con baterías y los híbridos enchufables, también crecieron.
Los primeros, con un aumento del 57,3%, hasta 303.273 unidades, representaron el 11,33% de la demanda, el doble del 5,7% de hace un año, mientras que los segundos, con un aumento del 38,9% y 239.733 matriculaciones, pasaron del 4,99% al 8,96%.
Básicamente, el 20,29% del mercado de coches nuevos está ahora vinculado a los motores enchufables: el año pasado la cifra era del 10,69%. Y si también tenemos en cuenta los híbridos no recargables, podemos decir que más del 40% de la demanda corresponde ahora a soluciones electrificadas.
Vehículos tradicionales en dificultades.
El crecimiento de las nuevas tecnologías va acompañado, obviamente, de una situación en la que la demanda de los sistemas de propulsión tradicionales sigue debilitándose.
En el trimestre se comercializaron 1.059.218 vehículos de gasolina, lo que supone un descenso del 36,9% en un año, con una cuota que cae casi 10 puntos porcentuales, del 48,55% al 39,59%.
Una contracción similar se observa en las cifras de los nueve primeros meses del año: los coches con motor de ocho ciclos perdieron un 12,7%, hasta las 3.810.070 unidades, pasando del 51% al 41,66%.
En el mismo año, los coches diésel pasaron de 2.304.955 matriculaciones a 1.693.197 (-26,5%), rompiendo el umbral del 20% de cuota de mercado y cayendo del 26,9% al 18,51%. Esto significa que algo más del 60% de la demanda europea sigue vinculada a los motores tradicionales: se trata de un descenso de más de 30 puntos porcentuales en comparación con hace unos años, cuando, sin embargo, la gama de combustibles disponibles era mucho más reducida y las alternativas se limitaban al GLP, el metano o el etanol.
El resto del mercado está formado en su mayoría por vehículos eléctricos e híbridos puros, tanto recargables como no recargables (la gasolina y otros combustibles suponen algo más del 2%). En concreto, en los nueve primeros meses del año los coches con batería crecieron un 92,5%, hasta las 786.758 unidades, con una cuota que pasó del 4,88% al 8,6%.
Los enchufables, con un aumento de las matriculaciones del 121,2% (777.694), pasaron del 4,1% al 8,5%, y los híbridos no recargables, gracias a un aumento del 90,7% y 1.871.017 matriculaciones, pasaron del 11,45% al 20,46%.2
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