Un equipo de investigadores de la Universidad de Jilin, el Laboratorio de Materiales Inteligentes de la NYU Abu Dhabi y el Centro de Materiales de Ingeniería Inteligente, liderado por el profesor de Química Pance Naumov, ha desarrollado un nuevo material cristalino capaz de recolectar agua de la niebla sin necesidad de un aporte energético.
Cristales para recolectar agua del aire inspirados en la vida del desierto
El diseño de estos novedosos cristales inteligentes, denominados cristales Janus, está inspirado en las plantas y animales que habitan en desiertos, los cuales han evolucionado para sobrevivir en condiciones áridas. Por ejemplo, algunos escarabajos y lagartos han desarrollado estructuras superficiales con áreas hidrofílicas e hidrofóbicas que les permiten captar la humedad del aire. El agua se adhiere a las áreas hidrofílicas y se transporta mediante las áreas hidrofóbicas, maximizando su aprovechamiento.
Un avance revolucionario en la recolección de agua
Los cristales Janus combinan la compliance mecánica y la transparencia óptica de los cristales orgánicos, abriendo la posibilidad de diseñar dispositivos activos, auto-sensores y eficientes para la recolección de agua. Estos dispositivos podrían escalarse para contribuir significativamente a combatir la escasez de agua a nivel global.
Publicación y metodología
Los hallazgos fueron publicados en el artículo titulado “Efficient Aerial Water Harvesting with Self-Sensing Dynamic Janus Crystals” en el Journal of the American Chemical Society. Para lograrlo, los investigadores seleccionaron tres compuestos orgánicos químicamente versátiles y cultivaron cristales orgánicos elásticos. Posteriormente, evaluaron cómo interactuaban estos materiales con el agua presente en el aire, lo que permitió desarrollar los cristales Janus, que poseen regiones hidrofílicas e hidrofóbicas en su superficie. Mientras una región captura agua, la otra la transfiere hacia un receptáculo para su colección.
Con esta tecnología, los cristales Janus han alcanzado la mayor eficiencia reportada hasta la fecha en la recolección de agua. Además, su estructura delgada y translúcida permite a los investigadores monitorizar en tiempo real el proceso de captura y condensación de las gotas de niebla mediante luz.
Comparación con los métodos tradicionales
La desalinización es una técnica ampliamente utilizada para producir agua potable, pero implica un proceso intensivo en energía para separar las sales disueltas en el agua marina. Por el contrario, la condensación de la humedad atmosférica o de la niebla utilizando los cristales Janus ocurre de forma espontánea bajo condiciones ambientales, sin necesidad de energía externa. Esto podría proporcionar una fuente inagotable de agua limpia.
A diferencia de otros cristales orgánicos porosos reportados anteriormente, los cristales Janus integran las funciones de recolección y entrega de agua en su superficie, lo que maximiza la eficiencia en condiciones ambientales y permite recolectar la mayor cantidad de agua posible.
Impacto potencial y proyección
La atmósfera terrestre contiene grandes cantidades de agua dulce aún no aprovechadas. Según Naumov, «necesitamos desesperadamente materiales que puedan capturar esta humedad de manera eficiente y condensarla en agua potable». Los cristales desarrollados no solo aprovechan propiedades únicas como la elasticidad y la transparencia óptica, sino que también representan un paso importante hacia la creación de recolectores de agua activos y autosuficientes que podrían transformar la gestión hídrica en un futuro.
Beneficios
- Reducción del consumo energético: Al no requerir energía, estos cristales ofrecen una alternativa sostenible a métodos tradicionales como la desalinización.
- Adaptación a zonas áridas: Inspirados en organismos desérticos, los cristales están diseñados para ser efectivos incluso en climas secos.
- Aplicaciones a gran escala: Su potencial implementación a nivel industrial podría marcar una diferencia significativa en comunidades afectadas por la escasez de agua.
Este avance tecnológico promete ser un punto de inflexión en el acceso a agua potable, alineándose con los objetivos de sostenibilidad y protección del medio ambiente.
Vía nyu.edu
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