Tal vez nunca te hayas hecho esta pregunta o, si lo has hecho, aún no hayas dado con la respuesta. Pues el economista de la universidad estadounidense de Stanford, Tony Seba, sí se lo ha preguntado y, además, predice que sí; que en la próxima década los vehículos de gasolina o gasoil están llamados a desaparecer o, si no tanto, al menos a ser una especie en extinción.
Son las conclusiones de ‘Rethinking Transportation 2020-2030’ [Repensando el transporte 2020-2030], un estudio promovido por Seba en el que hay más predicciones. Destaca, entre ellas, la desaparición del concepto de coche en propiedad, que perderá el pulso ante las nuevas opciones del transporte como servicio que, según Seba, se extenderá tanto que hará que los coches que circulan por las carreteras estadounidenses caigan de 247 millones hasta 44, y que se lancen al mercado un 70% de vehículos menos que en la actualidad.
La generalización del transporte como servicio (TaaS, por sus siglas en inglés) y, junto a ella, la transición generalizada a los vehículos eléctricos autónomos, será tal que producirá un colapso que llevará a vehículos de gasolina y gasoil a desparecer más pronto que tarde, como lo harán también gasolineras, concesionarios y mecánicos.
Así explica el proceso el economista: “Conforme los ciudadanos se vayan pasando al TaaS, las industrias del transporte y del petróleo entrarán en un círculo vicioso que las hará desaparecer. Los propietarios de vehículos de gasolina y gasoil los irán usando menos y menos hasta que dejen de hacerlo (…) Cuando la penetración del Taas alcance al 50%, una masa crítica de usuarios dejará de usar sus vehículos, intentará venderlos y ni se plantearán comprar otro. Gasolineras, establecimientos de reparación y concesionarios cerrarán; primero en las ciudades, en los alrededores después. Esto acarreará más gastos para quienes aún tengan coches de gasolina y gasoil. Y los costes seguirán creciendon mientras las ventajas del TaaS subirán”. Así, prosigue, continuará la espiral hasta que se haga inevitable dejar atrás los vehículos propulsados por combustibles fósiles y, en general, los coches en propiedad.
La caída de estas industrias podría además no estar tan lejos. “El impacto del colapso de los precios del petróleo a lo largo de la cadena de valor de la industria se empezarán a sentir tan pronto como en 2021”, asegura el experto que, para el mismo año, prevé que el Taas ofrezca alternativas de transporte entre dos y cuatro veces más baratas por milla que circular en vehículo propio.
Si se cumplen estas previsiones, que se basan en el cruce de información del mercado, del comportamiento de los consumidores y de las dinámicas normativas, los efectos serían enormes. Entre ellos figuraría una espectacular reducción de la polución del aire y de la emisión de gases de efecto invernadero procedentes del sector del transporte. De hecho, el informe pone sobre la mesa previsiones en cifras: la expansión del TaaS podría reducir en un 90% las emisiones de los tubos de escape.
Más información en el informe completo ‘Rethinking Transportation 2020-2013’
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