Actualizado: 21/09/2022
El reparto de última milla con un pequeño dron consume mucha menos energía por paquete que el reparto con un camión diésel.
Los drones que llevan los paquetes directamente a la puerta de las personas podrían ser una alternativa ecológica a los medios de transporte convencionales.
Un estudio que compara el impacto ambiental de varios métodos de entrega de «última milla», que llevan un paquete en el tramo final de su viaje, concluye que las emisiones de gases de efecto invernadero por paquete fueron un 84% menores en el caso de los drones que en el de los camiones diésel.
Los drones también consumen hasta un 94% menos de energía por paquete que los camiones. La investigación indica que el uso de drones para entregar medicamentos y otros artículos pequeños podría reducir el impacto ambiental de las entregas de productos.
En Estados Unidos, el transporte de mercancías representa más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el transporte. Grandes empresas como Amazon han estado experimentando con el uso de drones y robots para la entrega de paquetes con el objetivo de reducir su impacto medioambiental.
El futuro está automatizado.
El interés por la idea creció aún más durante la pandemia de COVID-19. Una encuesta realizada a mediados de 2020 reveló que más del 60% de las personas estarían dispuestas a pagar más para que sus paquetes fueran entregados por robots. Esto se debía en parte al deseo de evitar el contagio, afirma Thiago Rodrigues, investigador de transporte de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh (Pensilvania) y coautor del nuevo estudio. Sin embargo, añade que otro incentivo fue el hecho de que la entrega automatizada suele ser más rápida que esperar a que los camiones de reparto hagan la ronda.
Con la mejora de la tecnología, es probable que la entrega con drones sea más común en un futuro próximo, dice Juan Zhang, investigador de transporte de la Universidad de Wisconsin-Eau Claire. «Por lo tanto, necesitamos más estudios sobre el consumo energético de los drones«, afirma.
Rodrigues y sus colegas han realizado precisamente ese estudio. El equipo colocó paquetes de 0,5 kilos o menos en drones «cuadricópteros», que tienen cuatro rotores, y los hizo volar a velocidades de entre 4 y 12 m/s. A partir de estos vuelos, los investigadores pudieron determinar la cantidad de energía necesaria para hacer volar un dron, así como las cantidades de gases de efecto invernadero emitidas al generar la electricidad para cargar la batería del dron.
Los resultados muestran que la huella medioambiental de un dron depende, en parte, del lugar donde se carga. Pero, independientemente de la región, el impacto ambiental de los drones es mucho menor que el de los camiones diésel y eléctricos cuando se trata de transportar paquetes pequeños: las emisiones de gases de efecto invernadero por kilómetro de los drones son aproximadamente el 2% de las de un camión de tamaño medio propulsado por gasóleo o electricidad. El estudio también reveló que las bicicletas eléctricas consumen menos energía por paquete que los drones.
Según Rodrigues, el uso de drones para entregar paquetes ligeros y de otros vehículos eléctricos para transportar artículos más grandes podría reducir drásticamente los costes energéticos del sector.
Más información: doi.org
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