Actualizado: 01/10/2021
Desde Seattle, Estados Unidos, la desarrolladora Strange Loop Games lanzó hace unos meses Eco, un videojuego que se juega online, y en el que los jugadores deben ponerse de acuerdo en la gestión de su ecosistema y no destruirlo en el intento. A través de una simulación, el juego pretende concienciar sobre cómo diferentes elementos influyen en la sostenibilidad del medioambiente y cómo les afectan las decisiones que tomamos.
Ya hace unas décadas hubo otro videojuego llamado Eco. Fue desarrollado en 1988 por la compañía británica Denton Designs para Amiga y Atari ST pero, en la línea de muchos de los mejores videojuegos de los 90, el objetivo era sobrevivir. Para ello, el jugador manejaba un insecto que tenía que hacer frente a distintos depredadores y situaciones adversas.
También a través de Facebook, hace unos años, unos universitarios mexicanos presentaron Treepet, que se centraba en el cuidado de los árboles y pretendía recaudar fondos para organizaciones dedicadas a la reforestación de los bosques.
La diferencia, lo que hace más interesante a Eco de Strange Loop Games es que va a la raíz del problema. Los jugadores son responsables de ponerse de acuerdo y tomar las decisiones apropiadas. Se pueden observar en primera personas las consecuencias que tienen nuestros actos, para bien o para mal. En Eco los jugadores deben colaborar para construir la estructura económica y tecnológica de un mundo en el que todo lo que hagan afecta al medioambiente, y además hacerlo bajo la amenaza de un impacto de meteorito.
Eco está en la línea del popular Minecraft, un juego de construcción que se desarrolla en un “mundo abierto”, es decir, que son los propios jugadores quienes lo van creando. Sin embargo, el fondo es bien distinto. Eco está muy conectado con la realidad. Por ejemplo, una de sus características más interesantes es que las decisiones que se toman provocan unas consecuencias que se pueden medir; podemos consultar los datos y ver la evolución real del mundo que estamos generando, una información que se recopila utilizando métodos científicos. Se trata de una información a la que, en la vida real, normalmente no tenemos acceso hasta que es demasiado tarde.
John Krajewski presentó Eco en 2015 como un proyecto de Kickstarter que pronto reunió los fondos necesarios para empezar a desarrollarse. En febrero de este año se hizo disponible en Steam como juego de “acceso anticipado”.
Eco tendrá acceso anticipado durante un año. En ese tiempo se espera que sea la propia comunidad de jugadores la que ayude a pulir y mejorar el juego con un intercambio constante con los desarrolladores. Hay que tener en cuenta la complejidad de simular un ecosistema completo, con miles de especies de plantas y animales que “viven” 24 horas al día todos los días de la semana. Y sobre eso, se generan diferentes industrias, transportes, cadenas de producción y hasta el sistema de nutrición de los jugadores.
Este videojuego permite a los jugadores controlar incluso su ingesta calórica. La comida es uno de los ejemplos más claros de cómo todo está interconectado; detrás de un plato de pasta con tomate hay toda una historia. Además de trabajar con la alimentación, Eco también incluye intercambios comerciales y laborales, o la creación de sistemas económicos y de leyes.
Un mundo virtual en el que cada uno, como miembro de una comunidad, es responsable de sus actos. Cada acción, por cotidiana que sea, tiene sus consecuencias en el medioambiente.