Actualizado: 22/10/2023
Llamamos turismo sostenible a todas aquellas actividades turísticas respetuosas con el medio natural, cultural y social, y con los valores de una comunidad, que permiten disfrutar de un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes, unas Vacaciones Sostenibles.
Algunos consejos para disfrutar de un turismo más sostenible:
Utiliza el transporte público para tus desplazamientos.
El 82,8% de los más de 150 millones de viajes que se realizaron en 2009 dentro de España fueron en coche. Imagina el impacto negativo que eso supone y la cantidad de contaminación que genera. ¿No prefieres utilizar un medio de transporte público, como el tren?
Otra posibilidad es que te subas a la bici. ¿Te atreves? Tan sólo entrena un poco y podrás hacer rutas maravillosas como el Camino de Santiago, disfrutando del paisaje.
Si definitivamente vas a viajar en coche, puedes aprovechar al máximo este medio de transporte. No es necesario que cada uno de tus amigos, o de tus parejas de amigos, vayan en un coche diferente. Si tenéis pensado hacer todos juntos el mismo viaje, subíos al mismo coche: cuantos más vehículos evitemos en la carretera, mejor.
Elige destinos sostenibles.
1. Naturaleza y sostenibilidad.
Si no vas a salir fuera de España, puedes elegir algunos lugares preciosos que son espacios protegidos por su diversidad geográfica o por su fauna y flora, en los que también se fomenta el turismo sostenible. El Parc Natural de la Zona Volcànica en la comarca catalana prepirenaica de La Garrotxa (Girona), el Espacio Natural de Doñana, o el Parque Nacional y Parque Natural de Sierra Nevada, ambos en Andalucía, son algunos de ellos, pero en la guía de Ecoturismo en España puedes encontrar otros destinos con increíble atractivo para pasar unas vacaciones relajadas.
2. Las ciudades también cuentan.
Si lo tuyo no es la naturaleza sino la urbe, puedes tener en cuenta a la hora de tomar una decisión sobre tus vacaciones que las ciudades que visites estén dotadas de una red de tranvía y metro potente, para poder desplazarte en medios de transporte que contaminen menos, así como elegir la bici para moverte por la ciudad. Amsterdam o Berlín son las pioneras: por ellas puedes pasear en bicicleta sin ninguna dificultad, y disfrutar de la ciudad respirando el aire fresco. Tan sólo tienes que alquilarla según los días que vayas a estar.
Ayuda a conservar el entorno.
Piensa que a los demás tampoco les gustará encontrarse con restos de tu visita y cuida los entornos a los que acudes. Si no te gusta que tus hijos tengan que construir castillos de arena coronados por colillas de cigarros, no generes residuos en las playas, o recógelos. No cuesta nada meterlos en el plástico del paquete de cigarro, o llevar una bolsa para las basuras en caso de que vayas a hacer un picnic playero.
Cuida también las montañas y los entornos naturales que visites, los siguientes turistas te lo agradecerán.
Compra productos y regalos de comercio justo.
Sabemos que aprovechas las vacaciones para llevar algún detalle a las personas de las que te acuerdas, y también para hacer las compras de productos típicos en los lugares de destino.
Pero tienes que saber que, en muchas ocasiones, algunos de esos productos no respetan las normas básicas de comercio como transparencia y respeto por las comunidades en las que se han realizado. Para ello te proponemos el comercio justo como una alternativa, especialmente si viajas a los denominados países del Sur, o países en vías de desarrollo.
Sigue reciclando aunque estés de vacaciones.
Aunque estés de vacaciones tienes que seguir reciclando: ¡eso es lo único en lo que no debes descansar! Aunque te cueste buscar los contenedores y comprenderlos (porque en otros países son de otros colores), recuerda que tienes tiempo, estás de vacaciones y las prisas puedes dejarlas de lado para seguir contribuyendo a mejorar el medio ambiente.
Apúntate al “turismo lento”.
Quizá hayas oído hablar de slow-food, un movimiento que se contrapone a los valores y tendencias del fast-food para disfrutar de una alimentación equilibrada que no se lleve a cabo con prisas, sino cuidando los detalles y trabajando para garantizar la tradición, la naturalidad, la seguridad y, sobre todo, la calidad de los alimentos.
De lo que quizá no hayas oído hablar es del turismo lento, una “ramificación” del slow-food que pretende hacer del turismo una verdadera actividad del ocio. Se trata de disfrutar de tus vacaciones con plena consciencia del tiempo, parándote en los lugares que más te gustan algo más de lo planificado, dialogando con las personas que te rodean en el nuevo entorno, cuidando el medio ambiente y conociendo verdaderamente las culturas y tradiciones.
Este nuevo tipo de turismo ha surgido en los últimos años, en los que las prisas, las nuevas tecnologías o los medios de transporte de alta velocidad, nos desconciertan de alguna manera la forma en que vivimos el tiempo real. Así, podemos recorrer miles de kilómetros en apenas unas horas, comunicarnos sin ningún tipo de problema con gente que vive en el otro punto del planeta, o enterarnos de lo que sucede lejos de tu hogar en el mismo momento en que está ocurriendo.
Se trata de no saber al detalle todo lo que vas a visitar, sino de informarse del lugar detenidamente para a partir de ahí poder conocer la realidad y la cultura del país de destino. Disfrutar de la música, o de la literatura del lugar puede ser tan importante como conocer todos sus museos y catedrales.
Deja una respuesta