Los inversores fuera de red son fundamentales en sistemas energéticos autónomos, y existen varios tipos según la calidad de la onda y su frecuencia de trabajo. Entre ellos, los inversores de onda modificada y de onda pura son los más utilizados, cada uno con sus particularidades y aplicaciones específicas.
Tipos de inversores fuera de red
- Inversores de onda modificada: Estos inversores generan una forma de onda cuadrada o «modificada», lo que significa que la corriente alterna producida no es perfectamente senoidal, sino más bien una imitación escalonada de la onda senoidal pura. Si bien son más económicos, su eficiencia y capacidad para manejar cargas más sensibles (como dispositivos electrónicos o electrodomésticos con motores) es limitada. Esto se traduce en un mayor consumo de corriente y un incremento en la distorsión armónica.
- Inversores de onda pura: Por otro lado, los inversores de onda pura generan una onda senoidal casi perfecta, similar a la que se obtiene de la red eléctrica convencional. Son ideales para cargas sensibles como equipos médicos, ordenadores o electrodomésticos modernos. Estos inversores permiten un funcionamiento más eficiente y prolongan la vida útil de los dispositivos conectados, aunque su costo es más elevado en comparación con los inversores de onda modificada.
Comparación entre inversores de alta y baja frecuencia
Los inversores también se pueden clasificar según su frecuencia de funcionamiento:
- Inversores de alta frecuencia: Son más ligeros y compactos debido a que utilizan componentes electrónicos que operan a frecuencias de hasta 65 kHz. Esto los hace adecuados para aplicaciones portátiles o donde el peso y el tamaño son factores críticos. A pesar de su menor peso, estos inversores son capaces de entregar una potencia considerable, con ejemplos en el mercado de hasta 2.000 vatios. Sin embargo, debido a su diseño, pueden no ser tan eficaces para manejar corrientes de arranque de dispositivos que demandan mucha energía instantáneamente.
- Inversores de baja frecuencia: Estos incorporan un transformador interno, lo que los hace más pesados, pero también les otorga la capacidad de manejar mejor las corrientes de arranque de dispositivos como refrigeradores o motores de gran tamaño. Su peso puede llegar a los 50 kg o más en modelos que entregan hasta 6 kW, lo que los hace más difíciles de mover. Sin embargo, son más robustos y capaces de manejar cargas pesadas de manera eficiente.
Baterías y su rol en sistemas autónomos
Los sistemas fuera de red dependen de baterías para almacenar la energía generada por fuentes renovables, como paneles solares.
En este caso, se utilizan baterías de ciclado profundo, como las baterías AGM (Absorbent Glass Mat), que son fáciles de encontrar y reemplazar. Aunque no son las mejores del mercado, ofrecen una buena relación costo-beneficio, siendo útiles para experimentos y aplicaciones donde el presupuesto es limitado.
Importancia de la calidad de la energía
Un aspecto clave en el uso de inversores es la calidad de la energía que proporcionan.
En el caso de los inversores de onda modificada, se observa una mayor distorsión armónica, lo que puede afectar negativamente la vida útil de los equipos conectados. Por ejemplo, en pruebas con ventiladores y cafeteras, se encontró que el inversor de onda modificada consume más potencia (alrededor de 80 vatios adicionales) que el de onda pura, debido a la forma menos eficiente en que genera el campo magnético necesario para el funcionamiento de los dispositivos.
Conclusiones y recomendaciones
Para quienes buscan sistemas energéticos autónomos eficientes, la elección entre inversores de onda modificada y onda pura dependerá de las necesidades específicas. Si el objetivo es ahorrar costos y se van a conectar dispositivos que no son sensibles a la forma de onda, un inversor de onda modificada puede ser una buena opción. Sin embargo, para garantizar la longevidad y el correcto funcionamiento de dispositivos electrónicos o electrodomésticos sensibles, un inversor de onda pura es más adecuado, a pesar de su mayor costo.
Finalmente, la decisión entre inversores de alta y baja frecuencia debe basarse en el tipo de carga que se va a manejar y las características del sistema, siendo los inversores de baja frecuencia la opción más robusta para aplicaciones que requieren manejar corrientes de arranque elevadas.
Deja una respuesta