El Bulli, la icónica furgoneta de Volkswagen, ha sorprendido a sus fanáticos una vez más. En esta ocasión, el Departamento de Vehículos Comerciales Clásicos de Volkswagen ha revelado una joya histórica: el Bulli Klv-20 de 1955, una versión especialmente diseñada para correr sobre rieles. Este artículo explora la historia, las características y el impacto de este vehículo único en su tipo.
El increíble retorno del VW Bulli a las vías del tren: El Klv-20 de 1955
En 1954, la Deutsche Bundesbahn, la empresa ferroviaria federal alemana, se enfrentaba al desafío de adquirir nuevos vehículos de servicio compactos para sus vías férreas. En lugar de desarrollar un vehículo completamente nuevo, decidieron combinar el versátil Volkswagen Transporter con un chasis ferroviario. Dos empresas, Martin Beilhack y Waggon- und Maschinenbau GmbH Donauwörth, fueron comisionadas para convertir 15 unidades cada una, creando así el Klv-20.
El proceso de conversión
La conversión del Bulli en un vehículo ferroviario implicó varios cambios significativos. La carrocería de una furgoneta T1 Kombi fue equipada con un motor industrial Volkswagen de 21 kW/28 PS y un chasis con un mecanismo hidráulico de elevación y giro. Este diseño permitía que el Klv-20 fuera levantado, girado y vuelto a colocar sobre los rieles por una sola persona, en lugar de tener que regresar en reversa.
Especificaciones técnicas
El Klv-20 cuenta con:
- Motor: Cuatro cilindros de 1.192 cc
- Potencia: 28 hp
- Velocidad máxima: 70 km/h
- Longitud: 4.100 mm
- Anchura: 1.750 mm
- Altura sobre rieles: 1.850 mm
- Peso: 1.550 kg
- Capacidad de carga: 670 kg
Para cumplir con las regulaciones ferroviarias, se retiraron las luces delanteras y traseras originales y se instalaron nuevas lámparas en posiciones diferentes. Además, las ruedas de acero con un diámetro de 550 mm fueron diseñadas para reducir el ruido del vehículo.
De los Talleres a la Historia
Inicialmente, estos «Bulli ferroviarios» se usaban en depósitos de mantenimiento de señales y vías para inspecciones y reparaciones. El Klv-20 de Volkswagen inició su carrera en el depósito ferroviario de Plattling, Baviera, y posteriormente fue utilizado en el depósito de mantenimiento de señales de Plattling. En la década de 1970, estos vehículos fueron en su mayoría retirados del servicio.
Redescubrimiento y restauración
Después de su retiro, el Klv-20 encontró un nuevo hogar en la región del Palatinado, al suroeste de Alemania, y en 1988 fue adquirido por un coleccionista ferroviario en Hesse. Hoy en día, este raro ejemplar forma parte de la colección de vehículos clásicos de Volkswagen en Hannover.
Tobias Twele, del Departamento de Vehículos Comerciales Clásicos de Volkswagen, describió la primera salida del Klv-20 como una experiencia emotiva. El equipo recorrió más de 32 kilómetros en su primer viaje, cruzando múltiples veces el impresionante Viaducto de Lengenfeld.
El Klv-20 de 1955 no es solo un testimonio de la versatilidad del Volkswagen Bulli, sino también un recordatorio de la innovación y el ingenio que caracterizan a Volkswagen. Este vehículo único, con su capacidad de operar sobre rieles, sigue cautivando a los entusiastas de los automóviles y los trenes por igual, consolidándose como una pieza invaluable de la historia automotriz.
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