Actualizado: 11/05/2021
Estimado lector/ra, permítame invitarlo a que lea este artículo, ya que el mismo es el resultado de una realidad que no se ve, o que muy pocos la conocen, y sospecho seriamente que no conviene que se hable. Así que,…póngase cómodo, tómese su tiempo, que aunque es un poco extenso… ¡vale la pena!…acuérdese lo que le digo.
¿Cuál es el tema que nos convoca?: ¿Me permite confesarle algo? más allá de estar de acuerdo o no, el tema del tratamiento de los residuos sólidos urbanos, es un tema irresuelto, con atrasos e inoperancias, desde todo punto de vista y en constante evolución.
Como lo vengo haciendo cada año, publico en cada vez más medios de América y Europa, abordando siempre temas que todavía son incomprensibles (no entiendo por qué) a toda una comunidad (integrada por gobierno, industrias y toda una sociedad) que no se sensibiliza o toma conciencia que la solución depende que de todos. Entre todos, formamos una sociedad, ésta sociedad, que somos nosotros, Ud. y yo también, en la que no siempre encontramos gente más sensible que otra, hay gente que tienen una susceptibilidad muy particular y con diversos intereses o propósitos. En mi caso, sabiendo las consecuencias, pude haber sido condescendiente y no he querido, por lo que tuve que pasar por todo tipo de dificultades que no hicieron, a pesar de todo, que me desvíe de mi convicción procurando hacer llegar un pensamiento abstracto, con convencimientos consolidados por mi experiencia personal. ¿Por qué puntualizo esto? Porque el haber asumido ideas superadoras que atentaban a estereotipos, protocolos, estructuras y balances comerciales, ha generado todo tipo de cuestionamientos y descalificaciones, pero también un singular respeto, hasta de ellos mismos.
No los entretengo más, paso a narrar…
Déjeme que le cuente que la historia ambiental, lejos de toda mística, es un campo del conocimiento relativamente reciente, en el que ya llevo muchos años viendo personalmente sus problemas, por haber tenido la suerte de recorrer gran parte de los países latinoamericanos siempre tratando de acompañar congruentemente los procesos, ayudando a interpretar, confrontar ideas, reflexionar y proponer una actitud diferente ante el mismo. En esta contienda estereotipada que está librada por el cambio climático, tengo 2 noticias para darles: Una mala…y la otra peor… Por un lado, ésta buena gente que dicen esforzarse y preocuparse por nuestros derechos ambientales, y que por sus manos rigen los destinos del medio ambiente universal, no hacen nada, no pueden o no quieren hacer nada. Por el otro lado, los países emisores del 1er mundo (los cuales no se ajustan a las normas, y lo que es peor aún, sus empresas velan enfáticamente comercializando con países emergentes) son los más contaminantes del planeta. ¿Todo un detalle no? Como pudiera ocurrir que alguien desconozca, cualquiera de ellos (de un lado y del otro del escritorio) cree tener una prosapia que los diferencia y negocian entre ellos….lo que hacen con nosotros y lamentablemente, estamos a su merced. El manejo de los residuos no es subyacente ni es un tema excluyente en sus deliberaciones, que a su vez en lo regional, ha pasado por gobiernos con responsables que pregonaban, y pregonan, soluciones “sustentables” o “sostenibles” (palabritas muy de moda) con una aptitud bastante cuestionable.
Qué daría por desconocer…lo que no conviene saber…
Aprovechando su interés, concédame el beneficio de comentarle que podríamos enunciar con desagrado, y por inverosímil que parezca, que como sociedad, culturalmente, todavía estamos muy marcados por una estigmatización en donde el hombre aún, es considerado superior a la mujer…Si sí, todavía. Deduzco que la desigualdad radicaría en quien es más prehistórico, ¿el hombre de Neandertal?… ¿O los que piensan de esa manera?
No le sorprendería el saber que en este continente, presumo, debe estar a la vanguardia de este “machismo” exacerbado, ejemplificado no solo ante la barbarie que significa la violencia de género, ya que también se es “machista” conceptualmente, cuando hay desigualdad de lo que gana un hombre y una mujer en el mismo puesto de trabajo.
A tal efecto, créame que no exagero, al grado de que se considera una evolución social, como mera fantasía per se. Le digo que además que sobrellevamos, cierta ingenuidad y serios problemas de identidad, con varios países sin políticas de estado, con comunidades en las que se sigue observando patrones de conducta que están conviviendo “todavía” entre nosotros, y hace que estemos muy lejos de solucionarlo. Con esta pequeña sinopsis que referencié, me lleva a pensar que nadie hubiera podido prever que el egoísmo, la irracionalidad y la soberbia del género humano, esté consolidado como lo está en la actualidad. Nadie podía presagiar que a tan pocos años vista, se forjaron sociedades tan sórdidas y fagocitadas, donde prevalecen los inescrupulosos. ¿Qué grado de responsabilidad tenemos? ¿Cómo llegamos a ser lo que somos? Esto no suma, no fue infundado y lo que nos pasa, no está bueno, ni chévere, ni nada.
Desde esta perspectiva le aclaro respetuosamente que no lo estoy psicopatenado, no es mi propósito por más que estemos en medio de una sociedad enferma, pero no puedo adjetivar de otra manera lo que le estoy narrando.
Al margen de todo sarcasmo, y de las cosas que debemos superar, refrendar y corregir gradualmente, no veo con buenos ojos que éste preconcepto esté tan naturalizado, aunque obviamente, obedece a diversos estándares y factores que desarrollaremos en este artículo.
No le miento si le cuento que su concepción, se articula en todos los sectores socioeconómicos, en los sectores más vulnerables y… vulnerables cognitivamente, de gran parte de la región Latinoamericana. Pongámoslo en otro contexto: necesitamos hacer algo, aunque si bien uno no puede andar por la vida sostenidamente con peripatéticos (círculo de filósofos que seguían las enseñanzas de Aristóteles) reflexionando sobre la vida (bueno…no sé si no estaría bueno), es potencialmente peligroso (y no me atrevo tampoco) a que podamos dejarlo librado al azar a que las cosas se solucionen por sí solas, puesto que sostengo que las formas en que se las viene gestionando, con una liviandad supina, no han dado el resultado esperado, o que dicen haber logrado. Ud. me dirá… ¡perfecto!… ¿entonces?… ¿de qué estamos hablando? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? ya verá que no hay muchas acepciones a la regla y que hay que desmitificar al respecto.
Lo expongo en otro contexto: si lo ejemplificamos en el manejo de los residuos, deberíamos sumar a ésta diatriba, lo idílico que sería que estuviera todo perfecto, todo en su lugar. Que la responsabilidad que conlleva el cuidado del ½ ambiente por parte de la autoridad de aplicación (el municipio y/o gobierno), la aplicación y cumplimiento de las leyes, la adecuación y acompañamiento de las industrias, y el correcto manejo de los residuos por parte de la comunidad minimizando sus residuos, haciéndose cargo de ellos, y separando en sus orígenes: la casa de cada uno. ¿Ok? No hay quien niegue que es un cuento de ficción…pero bueno, lamento desilusionarlo, pero no es así, más aún cuando le sumamos que no debemos olvidarnos que curiosamente, y no es arbitrario darse cuenta, que estamos hablando de un gran negocio: “El negocio de la basura”, que no en vano, es la licitación más onerosa de cualquier gobierno en cuanto al servicio público se refiere. Esta licitación, ofrece fisuras en donde quedan desmesuradas las necesidades reales de una población. Le explico, por aplicar un ejemplo y un rubro, si reducimos la cantidad de camiones recolectores en la calle, y la frecuencia semanal con que lo hacen,…a cambio de los resultados que puede dejar una comunidad que maneje de otra manera los residuos que genera, …estaríamos presente ante una licitación más adecuada, razonable, y más económica… peeeero, las utilidades de las empresas no serían la mismas (estoy hablando de las utilidades que le dejan a las empresas…no a otras personas, claro). ¿Hasta ahí vamos bien? Por otro lado: menos camiones en la calle, menos frecuencia semanal…es lógico que genere una dificultad económica y de ganancias a las empresas recolectoras… Me imagino lo que debe estar pensando… ¿Conflicto de intereses? Lo dejo liberado a su imaginación.
Podemos aseverar aparte, que sin hurgar demasiado, existe un pensamiento binario en donde siempre se manejan precipitadamente dos únicas metodologías simplistas y populistas: reciclado o relleno sanitario, dejando lejos de toda disputa en una grado muy desigual, menor o complementario, al compostaje, al ecodiseño, y a todo sistema de minimización y/o aprovechamiento energético (por señalar solo algunas) …y sin incluir a la incineración… obviamente, que es un tema con muchas controversias, en el que todavía en algunos países de la región, es mala palabra… ¡Por Dios! Aún hay que seguir señalando que incinerar, no es quemar… ¡Cuando se terminará de entender, por favor! ¿No me diga que no sabía?
Más allá de todo discernimiento, al abordar estos temas, no se considera seria y razonablemente a otras alternativas viables para el correcto manejo y destino final, porque es cara la matriz,…porque no nos adaptaremos,… o porque no nos conviene…pienso entonces,… que a alguien le debe convenir… Mientras tanto, lejos de todo delirio, hay un axioma que es incuestionable: los residuos y su generación crecen exponencialmente, y solamente una comunidad convenientemente instruida, será capaz de lograr las transformaciones que vienen experimentando sostenidamente las sociedades más avanzadas.
¿Demagogia comunitaria…con nuevos paradigmas?
¿Cómo explicarlo?…Créame estimado/a que éste escenario, no me extraña (pero tampoco me sorprende), no es para nada prometedor y es lo más parecido al mejor sainete popular. La realidad y la actualidad hacen que nos encontremos inexorablemente ante nuevos paradigmas sociales y culturales y diría…éticos… ¿por qué no? ¿A qué apunto con esto? A que todo está conformado y circunscripto a la decisión de muchos políticos o empresarios que incursionan en política (más/menos, no todos), que como quien no quiere la cosa manejan los temas sorteando cualquier tipo de dificultad, con ambigüedad, con promesas estereotipadas que no cumplirán sin ningún tipo de discrecionalidad, o encubiertos detrás de una ONG o fundación creada por ellos, en detrimento de esas ONG o fundaciones, las que realmente se esfuerzan y luchan día a día por un presente mejor. Reconozco que lo dicho, no es “políticamente correcto” pero ¿qué quiere que le diga?…soy partidario de llamar a las cosas por su nombre.
¿Quiere que le cuente algo? Por mi empatía (o por pensar distinto y sostener lo testimonial) disiento enfáticamente cuando dicen que está todo bien… ¿Por dónde? ¿En dónde? Nada más lejos de la verdad. ¿Desde qué lugar digo esto? discúlpeme, pero no miremos la realidad con un solo ojo, debemos ser sumamente cuidadosos y poner una lupa en esto: recicladores informales (cartoneros) con carros revisando la basura en los suburbios de la ciudad (haciendo la separación para la reventa), carteles de “prohibido arrojar residuos” con severas multas para el infractor (muchas veces estos no se ven porque están tapados por la basura), industrias que prefieren colaborar con las campañas políticas a darle el destino adecuado a los residuos peligrosos (favores son los favores), botaderos que son minimizados por animales (que curiosamente no mueren de viejos y son parte de la cadena alimenticia de sectores más vulnerables), empresas que a través de una multa…legalizan la contaminación de la que fueron parte (porque se escudan en que pagan la multa…pero no quedan eximidos de la responsabilidad…ni de no volverlo a hacer), leyes, que como son “interpretativas” no siempre están de parte de los más afectados, gobiernos, que esconden a los botaderos (que bien le sirven) que no están cuantificados y cualificados en el total de los residuos que se generan a diario: lo que figura en sus planillas Excel, son los residuos ingresados en los rellenos sanitarios. Esto pone en evidencia a un estado ausente de una realidad sórdida que se ve más allá de las avenidas principales…de las luces de la ciudad, de los tour’s turísticos o recorridos electorales, y que debe importarnos. Hay que poner en el otro lado de la balanza que hay gente, hay necesidades y hay prioridades y el hecho que uno no sea consiente hasta que no se lo vive en carne propia, no significa que no pase, que no afecte y que no deba importarnos. Y no menciono a los controles que no se efectúan, las multas que no se hacen, el transgénico que no se ve. No se es una ciudad más limpia, si pasan recogiendo detrás de mí lo que ensucio, o si pasan todos los días a cada rato. Hay un escenario que nos deja absortos, que nos supera y no es contradictorio (lo que uno no hace, la idealiza).
No es nada personal, pero créame que puedo tener presbicia, pero a estas cosas las veo venir desde lejos y no puedo ni pienso mirar para otro lado y no ver estos temas. Por eso, cuídese mi estimado/a, y no estemos muy seguros de donde estamos parados. Puede elegir creerme o no, pero es una falacia por donde se lo mire. No nos sintamos inhibidos, no creamos todo lo que se ve o nos muestran, por más resolutivas que parezcan, perderemos el eje de la realidad. Hay una delgada línea entre lo que está bien y lo que está mal, pero como nosotros no bajamos la vista, no miramos al costado, hace que solamente ocurran estas cosas por la connivencia de todos.
Si vamos en detalle, podríamos decir que muchas industrias, no miran la transversalidad del problema, sino la unilateralidad de sus productos precipitosamente. No terminan de entender que la sustentabilidad de las soluciones, pasa por el compromiso de ser parte de ellas, y no ser parte del remiendo de las mismas. La industria debe dar una respuesta y un acompañamiento férreo y sólido en este compromiso, ya que a través de lo que se fabrica como bien de consumo (en algunos casos) termina siendo un residuo mal llamado “público” que, si no hay una ley de envase, están amparados y no obligados a hacerse cargo de lo que fabrican. ¿Se comprende?…Pero eso sí…con bombos y platillos y a los cuatro vientos, enuncia el gobierno de turno que estamos reciclando. La interpretación y discernimiento, queda a cargo del apreciado lector.
El sistema educativo a su vez, no está a la altura de la problemática en sus niveles iniciales. En su mayoría no se mueven de sus protocolos ortodoxos (muy bien expresados en sus libros de texto curricular). Universidades, que no generan espacios de dialogo con sectores que no provengan del claustro académico. La mayoría no capitaliza investigaciones con otras ramas (y las que sí lo hacen, no trascienden sus alcances). No se unifican conceptos, y todas las técnicas pedagógicas conocidas funcionan mayormente como “pruebas piloto” ampliamente difundidas por los gobiernos de turno con/para grupos muy pequeños.
Mientras tanto, la actividad privada, busca un espacio sesgado a un lobby intelectual y económico. Medios de comunicación, que no quieren que se traten estos temas porque dicen ser sociales o políticos (¿?) ¿El ayudar a pensar o repensar no es válido? Eso sí, publican artículos solamente de investigación… No termino de comprender,…porque después, cuando haya que implementar esos trabajos de investigación, se encontrarán con esta red “del no hacer las cosas”. ¿Debo pensar que dejan de lado a los problemas sociales, seguramente porque afectan a las pautas publicitarias de grandes anunciantes empresariales o gubernamentales? Mmmm…espero que no.
Espere, espere, no se me vaya… ¡que todavía falta lo mejor! Para concluir, un tejido social que sigue expectante a que otros empiecen primero, y que más que nada…le solucionen los problemas sin actuar en consecuencia. No le quepan dudas que esto es una radiografía razonable de una historia que nos pinta de cuerpo entero y no es nada esperanzadora. La gente espera soluciones, pero justamente ellos son parte del problema, por lo tanto ¿no dependería de ellos,…ser parte de las soluciones? ¿Quién lo diría no? Así de sencillo es. ¿Cuál debería ser la elección? Puesto a escoger, el no hacer nada, el excusarnos, el justificarnos, el no reclamar, el no involucrarnos, no hacerse cargo en todo sentido, no es la mejor opción. Me niego a creer que, si bien esto es abrumador y delicado, no legitima que sigamos por este camino o que conceptualmente miremos a un costado cuando estas cosas pasan. ¿Da lo mismo?
Definamos y decidamos, lejos de toda incertidumbre, que debemos enfrentar estas contiendas y dejar de preguntarnos “qué hacemos con lo que no hacemos” para que no se ponga en evidencia tácita que somos una sociedad fracturada éticamente, fragmentada y sin valores, sin compromiso, con conformismo y con un alto grado de egoísmo que ilustra como buena analogía a que las buenas practicas están agonizando. ¿Qué lectura hacemos de todo esto? Si hacemos una mirada lateral a las dificultades, encontraremos que no es imperante querer, a poder ya que si no reclamamos, exigimos y participamos con nuestro involucramiento, esto va a seguir pasando. Esto, lamentablemente no prescribe. ¿No le parece que se debe asumir que es una cuestión de actitud, cultural, de higiene, de solidaridad, comprensión, de respeto al prójimo y a uno mismo? Es desigual cuando los recursos naturales superan holgadamente a los recursos humanos, a sabiendas que corren peligro los primeros…Entonces, no es una utopía el preguntarse si esto tiene solución, o se está solucionando. El gobierno, las industrias, las universidades, la gente…todos, tienen una respuesta y una versión. Un protagonismo y un liderazgo en el tema. ¿Por qué no se frena todo esto? Esto particularmente a mí me despierta sospechas.
Bueno, y así estamos,…con la demagogia a la orden del día, y padeciendo incomprensiblemente en pleno siglo XXI, a una pandemia de las malas actitudes, tratando de no parecernos a los europeos,…pero tratando de imitarlos. ¿Confuso no? Pareciera que estamos genuflexos ante los logros que alcanzaron mancomunadamente… ¿Ahora me pregunto?… ¿Quién dijo que nosotros no podemos? “Nos dicen que son experiencias intransferibles”… Reformulo la pregunta… ¿Por qué nos hicieron creer que las experiencias son intransferibles? No miremos lo que hacen otras sociedades al otro lado del océano….Hagamos la Quijotada y hagamos lo mismo, todos juntos, adecuémoslo, construyámoslo, intentémoslo. No son mejores que nosotros, no tienen un linaje especial.
Educación ambiental…ése compromiso a obtener…
Siguiendo con una línea de pensamiento aleccionadora, la educación ambiental es un proceso cognitivo, como lo es aprender inglés, matemáticas, etc. ¿Hasta ahí vamos bien? Sin embargo se la trata de implementar como si no fuera así con afiches, capacitaciones políticas y contenedores en la vía pública como a menudo nos quieren hacer creer… es como si porque nos dieran un lápiz…ya sabríamos leer y escribir. Sobre esa base, acepto y avalo que no se aprende, ahora bien, en honor a la verdad, convengamos que igual se sigue pavoneando en aplicarla a “proyectos sustentables” apoyados solamente en nuevas tecnologías y lo que el manual indica: gestión integral, manejo, tratamiento y destino final. La educación ambiental sigue siendo un enunciado, y no se contempla seriamente como una parte fundamental para el correcto manejo de los residuos. No está tipificado como parte de él excluyéndola como una respuesta de construcción a futuro. No se puede hacer gestión integral, manejo, tratamiento y destino final, si no se sabe si la comunidad responderá al reciclado, a la minimización, a la separación de los mismos que fluctuará el saber con qué frecuencia pasaran los camiones con sus recorridos. El compostaje, la separación para aprovechamiento energético, bajar el consumo, adecuar el consumo. Esto, y muchas deficiencias que no son pequeñas cosas,… ¿Cómo se aprenderán? ¿Con afiches? ¿Llenando de contenedores y camiones la ciudad? No sé ni no soy claro o si tengo que serlo más.
¿Se entiende entonces?… ¿Es o no es importante la educación ambiental en todo el proceso previo, actual y futuro en el manejo de los residuos? A tal efecto… ¿Qué es lo que estamos discutiendo?…Si la educación es la respuesta… ¿Cuál es la pregunta? Lo gravitante de lo que comento mi estimado/a, es que puedo asegurar que es más habitual de lo que se cree. Se la estigmatiza subliminalmente. En todo caso, si queremos hacer bien las cosas, debería ser la concientización comunitaria, la que nos dé los instrumentos para acompañar la construcción mental que se debe presumir para lograr los resultados a largo plazo, cuyo destino final entonces sí será: la educación ambiental.
Es inevitable no politizar estos temas tan conceptualizados, ¿Cómo hacemos para lidiar con todo esto? Comprendo si me dice…todas malas noticias… ¿Y la buena noticia…para cuándo? …en parte, de usted depende si redefinimos a las causas y las consecuencias, o dicho de otra manera, si focalizamos nuestros esfuerzos en bregar por las causas y no en enmendar las consecuencias, como lo más significativo.
Si no partimos de una actitud adecuada, reparadora, jamás encontraremos la solución acertada. Si entendemos esta premisa, entenderemos que no se necesita que comience otro, para que me digan lo que sé…o reniegue de lo que no sé, que debamos cambiar nuestros hábitos, para modificar nuestro accionar con los residuos, que nosotros mismos generamos, nos daría cuenta que la solución, está mucho más cerca de lo que creemos. El hacer algo, es un punto de partida aunque no avancemos…nos saca de donde estamos parados. No hace falta levantar…lo que no arrojamos. No creamos que porque pagamos nuestros impuestos, el gobierno tiene la obligación de recoger lo que arrojo en la calle. Por otro lado, si no lo arrojamos en el piso en nuestra casa… ¿Por qué hacerlo afuera de ella no? Somos hacedores de éstas, y muchísimas más actitudes que hay que replicar y amerita tomar prontamente para dejar ser el reflejo de una realidad que no creo que estemos orgullosos.
¿Qué hubiéramos sido…si hubiéramos querido ser…?
Llegamos a un punto de inflexión, y lo digo con mucho respeto, que en estos temas que no son banales, y que debemos direccionar nuestra atención en lo que está pasando, porque mientras nosotros seguimos discutiendo “el agua en la navegación…” todo esto está ocurriendo…como si todo estuviera bien y homologado. Es indubitable que para conocer nuestros propios límites, primero deberíamos intentar saber cuáles son… Esto es fáctico. Nuestro propósito ha de ser que el mañana puede ser mejor si estamos dispuestos a comenzar ahora. Nuestra vida no tiene repuesto y lo único que importa, es lo que hagamos de ahora en adelante, y merece preocuparnos y ocuparnos, en cuanto nos afecta como sociedad y afecta a nuestra salud. Debemos abrir los ojos y ver en donde estamos parados, repensar hasta cuando seguiremos así, qué estamos haciendo para cambiar las cosas. No seamos intolerantes ante otra mirada de ver las cosas pero que tampoco nos subestimen ¿Con qué vara medimos los aciertos y desaciertos? Es pertinente descubrir y analizar diversos comportamientos de todos los actores intervinientes en esta rueda de manejo, para la comprensión de las relaciones naturaleza-sociedad-consumismo-ética, de manera tal, que tenemos que ver con qué criterio evaluamos las cosas, ya que frecuentemente como reza un conocido axioma “solemos ver la paja en ojo ajeno, y no la viga en el propio”. La capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas, se llama resiliencia, la de dar soluciones empresariales y económicas a problemas de educación comunitaria y ambiental, se la podría relacionar con demagogia, y se podría tipificar como delito, ya que permite conscientemente que se siga haciendo lo que no se debe. Es finamente palmario que estamos ante un escenario notorio, evidente y público, en donde si no cambiamos de una buena vez, nos consumirá el consumo, o nos consumiremos nosotros mismos, echándole la culpa al sistema perverso,… y no a nosotros mismos.
Cuando las respuestas o propuestas están sesgadas a intereses políticos o empresariales…dejan de ser respuestas. ¿Cómo escribir algo que realmente no sobre? La coyuntura, pasa por lo técnico y no por lo social, por las consecuencias, no por las causas, por lo político, no por la sensatez y por lo económico, no por lo educacional. ¿Estamos de acuerdo? ¿No? ¿Qué hace pensar que no? Una crítica sin conocimiento ¿es menos grave que al revés…?
Éste relato está sostenido en investigación, ética y honestidad. Mis ideas no tienen copyright externo, no responden a ninguna empresa, gobierno o partido político. Puedo entender que no todos pueden expresarse o responder libremente, sin que esto infiera en la relación que mantienen con su empleador (llámese empresa o gobierno), pero entonces…es parte de una verdad u opinión que esta sesgada a intereses políticos o económicos que están detrás de sus “soluciones sustentables”.
Nadie puede y quiere pronunciarse contra de esto. No todos quieren publicar estas reflexiones… ¿Por qué? ¿Porque no son importantes? ¿O porque no es un problema? Obviamente que si usted está leyendo esto, es porque hay excepciones a la regla (como empresa, como editorial y como individuo). Sería injusto no decir que hay muchos que se esfuerzan, y hay que destacarlos, apoyarlos y acompañarlos. Son muchos los políticos, empresas, editoriales, profesionales y personas que están en la acera correcta, pero necesitamos más: La mayoría está de la vereda de enfrente pero eso sí, están casi todos identificados créame. Algo es algo…. ¿basta con eso?
No seamos mitómanos, no necesitamos que se nos explique demasiado las cosas que no nos interesa saber o creemos que no nos corresponde y que ante eso, harán sin justificativos. Deberíamos reflexionar y observar claramente que existe una relación de antagonismo entre los gobiernos, las industrias y la gente. Todos ellos tienen mucho que aprender…aunque cause cierto malestar y aunque no lo crean. Muchos gobiernos, o sus responsables de área, son inaccesibles. Se escudan en no tener presupuesto, y que saben perfectamente lo que tienen que hacer…Por favor…Jamás un: “¿Me puedes ayudar?”, “Explícame”…y un “No sabemos…” ¡Ni hablar! No admiten una propuesta o solución que no sea la que propongan ellos. No advierten, que lejos de ofenderse, el ancho del escritorio, no hace a la capacidad que tenga esa persona en resolver las cosas….muchas veces, habría que rotar. Hay mucho “pergamino” no respaldado con experiencia transversal de campo con una credulidad discutible…pero… ¿no hay universitarios que trabajan en él? Tómelo como quiera.
Respuestas y propuestas a una comunidad que debe recapacitar…
Parafraseando a un escritor rioplatense, Eduardo Galeano, “El mundo se divide, sobre todo, entre indignos e indignados, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar…” yo ya sé de qué lado elegí estar y cada uno sabe en qué lugar está.
Se transfieren los malos hábitos, las malas costumbres, los malos ejemplos, las malas acciones. No seamos esclavos de nosotros mismos por nuestro proceder. Estamos parados en esta concomitancia de no querer o de no entender que una de las formas de estigmatizarlos, es señalar el origen del problema, la antigüedad del mismo, y la conducta que tuvo de todas las partes al respecto. Se me ocurre un manojo de acciones reparadoras que sucintamente lo comparto.
Los gobiernos deben promulgar programas y proyectos a largo plazo, con la anuencia de la oposición (no importa quien esté gobernando). Deben sumar a todas las áreas de gobierno (que no esté sesgada a ½ ambiente solamente) y entender que es un tema trasversal a toda una gestión. Debe aplicarse una acción comunitaria ante una contravención o daño causado, no plausible de la sanción económica que corresponda. Debe haber una decisión política que sea efectiva para el responsable de la empresa (a parte del infractor) y deben ser castigados con el peso de la ley y de cumplimiento efectivo, pero severamente, para que no queden dudas. Esto evita que las sanciones por daños ambientales, se paguen “solamente” desde lo económico. De esta manera, se hará justicia y el responsable se hará cargo de lo que hagan sus empleados y que las multas, dejen de ser parte de los gastos mensuales de la empresa. Tiene que conformarse una auditoría ambiental y audiencias públicas, para comprometer a las partes (gobierno, comunidad y empresas) a morigerar las gestiones o implementaciones conflictivas. Las industrias tendrán que responder por los insumos reciclables que circulan en el mercado. Tiene que constituirse una Fiscalía ambiental que no sea departamental de un ministerio político, para asegurar la protección de las garantías individuales y colectivas en defensa de los derechos de los ciudadanos. Tiene que proyectarse una Ley de envases (entre otras). No existe reciclado, si no hay una ley de envase. Servirá para poder responsabilizar al generador del bien de consumo (el fabricante) que terminara siendo un residuo urbano. Las industrias invaden el mercado con diversos productos (plástico, cartón, aluminio y packaging de todo tipo) sin responsabilidad alguna del destino que tendrá ese futuro residuo que la comunidad se hace cargo del destino final, siendo ellos los responsables de eso. Tiene que concientizarse a la comunidad para que haga la separación en sus domicilios y que deban pagar por el destino final de los residuos que genera. Debe haber concientización comunitaria, para orientar a una sociedad a que comprenda y sirva como prólogo de algo que debería haberse aprendido desde los hogares en primera y principal instancia, desde el colegio en su nivel inicial y a lo largo de todas las etapas educativas como soporte de lo aprendido. Es la única manera de minimizar significativamente los residuos domiciliarios: separándolos en origen. De esta manera se descentraliza también a los cartoneros (o recicladores informales) de la vía pública donde separa y clasifican lo que nos corresponde a nosotros hacerlo en cada una de las casas. A ellos, se les debe capacitar y reinsertarlos a un sistema laboral que apunte a una calidad de vida, a una inclusión social, ya que seguramente eran mano de obra desocupada que optó por esta actividad. No deben ser utilizados banalmente con oficios asistenciales y precarizados. La comunidad debe entender que deben hacerse cargo de “sus” residuos, y parte de esa responsabilidad, es pagar para que se le dé el debido tratamiento. Tenemos y debemos poner límites, que nos pongan límites.
Es necesario que se hagan indicadores estadísticos y de referencia de todos los productos que se encuentran en circulación (los de la canasta familiar, los de uso industrial y/o comercial). Servirá para hacer seguimiento de toda la línea de producción y consumo (de la cuna a la tumba) con guías detalladas de insumos, mercadería, y productos que circula en la traza urbana para controlar, rediseñar, solucionar y/o modificar sistemas de producción. Tener marcos indicadores es fundamental (incluso los demográficos, socioeconómicos y sanitarios) para determinar y saber en dónde estamos parados y cuál es la realidad. Muestra de ello: los todavía existentes botaderos, basureros a cielo abierto o pasivo ambiental, como lo quieran definir, que no están cuantificados (ni cualificados) en el volumen de residuos que se genera por día.
Seria imperante considerar el concepto de economía circular. Es una estrategia que tiene por objetivo reducir tanto la entrada de los materiales como la producción de desechos originales vírgenes. Se basa en disponer de grandes cantidades de energía y otros recursos baratos y de fácil acceso. La economía circular es “tomar, hacer, desechar”. También que se considere dentro de las políticas de reciclado, que se revea que los productos reciclados terminan siendo mucho más caros que los que vienen de matriz de fábrica. Así no se afianza el estímulo.
¿Dónde empiezan y terminan nuestros problemas…?
Cuando se habla que “hace falta educación en la comunidad”, se direcciona sin miramientos, a la educación escolar. Acuérdese: La escuela forma…no educa. En realidad hay que referirse a los conceptos básicos que deberíamos haber recibido en nuestros hogares taxativamente. Ante esto, lejos del desmadre y de ofendernos, el no haberlo recibido, no es motivo para que continuemos haciendo lo que no se debe. Lejos de cuestionarme, y del sabor amargo que dejan estos comentarios, presumo que no es ofensivo el no saberlo o que nos lo digan…ofensivo es saberlo y no corregirlo.
Muchas veces está en cómo queramos ver las cosas o interpretar los mensajes. Por dar un ejemplo: un cuchillo sirve para cortar nuestros alimentos… ¿o sirve para matar a alguien?…el sentido se lo da uno. ¿Yo qué prefiero ver?… ¿que uno de cada cuatro muere?… ¿o tres de cada cuatro viven? ¿Se comprende la metáfora? Sé que no es sencillo adecuarse en una sociedad enferma de los malos hábitos, y sostenerlos es todo un detalle, pero no debemos claudicar.
Conclusión.
Espere… espere…Si hasta ahora no se ha ido, significa que no se aburrió, y que le ha interesado el tema y se ha enterado con su consentimiento, o sin él, de lo que “también pasa” a espaldas…o frente suyo.
La problemática ambiental no puede resolverse en forma independiente de la sociedad que lo genera, y en ésta modernidad, la falta de normas específicas y el individualismo de los grandes intereses, hacen un único hilo conductor: que se confundan los propósitos, los mensajes y las promesas. La inmoralidad nos ha agazapado ¿Hace falta que lo diga? ¿O ya se dio cuenta? Evidentemente, sí. No existe la verdad absoluta, ni de la gestión de gobierno, ni la de éste servidor, ni la de otro profesional que se atribuya la solución. Con la biblia y la constitución debajo de cada brazo, o la buena fe en que las cosas se solucionen por si solas…tampoco, y mucho menos con afiches, contenedores y con nuestra pasividad como estandarte obviamente. Hay que hacer acuse de recibo de esto: De TODOS nosotros depende, y gran parte de la solución la tendremos rápidamente cuando nos miremos en un espejo y veamos quien es uno de los responsables (se mire quien se mire). No se trata de ponderar, ser ortodoxo o demonizar a la tecnología, o defenestrar a alguien en particular. Tampoco impulsar más leyes… no es falto de legislación, es más que eso, ya que si las que están, no se cumplen, y las que faltan, son inapropiadas a intereses espurios, terminamos con un vacío legal….pero con leyes. Debemos decodificar que lo urgente, no siempre es lo importante y hay que tomar medidas urgentes para cosas que llevan mucho tiempo, y que lleva mucho tiempo entender y que solo se constituye y se construye, con un fuerte compromiso personal, colectivo, corporativo y de gestión y decisión de política pública, y seguramente dejaremos de ser espectadores del progreso ajeno, y de la decadencia del propio.
Todos estamos inmersos en el problema: los que hacen las cosas bien y los que no (ocurre que la mayoría no está del lado que correspondería). Definámonos aunque sea bochornosa la pregunta: desde esta perspectiva… ¿Qué es lo que queremos?: ¿Vivir en sociedad…? ¿O vivir en suciedad…? No hay que desesperar…debo aclarar que aunque el panorama es efectivamente incierto, se puede cambiar, mejorar, replantear, potenciar si es que estamos convencidos de hacerlo. No pierdo las esperanzas que se puede lograr. Tenemos una genética evolutiva que debemos despertar, ya que genéticamente no creo que estemos impedidos de poder lograrlo. Poseemos recursos potencialmente adecuados para lograr estos y otros objetivos. Lo único que nos debe interesar, es saber que se puede hacer, qué se puede hacer, y ver de qué manera lo hacemos, entre todos, sin protagonismos y que solamente esté direccionado para ser una sociedad mejor, con mejor calidad de vida, con valores. Piénselo…
A ver…cada país ¿tiene el medio ambiente que se merece? ¿O que se le parece?…lo dejo a su discernimiento…
Le agradezco muchísimo su tiempo, espero no haber aburrido, y para despedirnos le pido un último favor: hay que persuadir a muchos, créame, muchos. Ayúdeme a divulgarlo, a que se reflexione, a que se considere, y tratemos por todos los medios de no naturalizar los malos hábitos….porque es contaminante.
Carlos Micilio. El que subscribe es Director de la Consultora Urbano Ambiental de Argentina, Carlos Micilio & Asociados. Tiene 3 membrecías internacionales. Es miembro de organismos internacionales de educación y capacitación (americanos, europeos y occidentales). Es Consultor internacional y autor de proyectos y programas ambientales en educación ambiental y concientización urbana, tratamiento de residuos y relaciones comunitarias en América y Europa. Congresista y disertante en numerosos congresos y seminarios internacionales. Tiene un premio ambiental y es autor de leyes en educación ambiental. Es autor de numerosos artículos en diversos medios académicos y técnicos en publicaciones nacionales e internacionales. Email: [email protected]
Sitio: carlosmicilioeducacionambiental.blogspot.com. En Google: carlosmicilio LinkedIn: http: www.linkedin.com/in/carlosmicilio (Environmental Urban Consulting Carlos Micilio & Associated).
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