Actualizado: 05/07/2024
Mientras China intenta aumentar su capacidad renovable, el parque eólico Comai Trigu, situado en el Tíbet, ha generado 100 millones de kWh de electricidad desde su instalación en diciembre de 2021.
El parque eólico más alto del mundo, situado en la región autónoma china del Tíbet, ha generado más de 100 millones de kWh de electricidad desde que comenzó a funcionar en diciembre de 2021.
Las turbinas, que se encuentran a una altitud de entre 5.000 y 5.200 metros, forman el parque eólico Comai Trigu, en el municipio de Trigu, en el condado de Comai.
El parque eólico pertenece a la Corporación de las Tres Gargantas de China y es el primer proyecto eólico conectado a la red del Tíbet. El proyecto tiene una capacidad total instalada de 22 MW.
El Tíbet es una parte clave de los planes de China para aumentar su capacidad renovable, dada su topografía única, muy adecuada para las instalaciones de energía eólica, solar y geotérmica.
Según el Centro Nacional del Clima de China, la región cuenta con suficientes emplazamientos con vientos fuertes y fiables para alimentar 600 GW de turbinas, y otros 420 GW en zonas de la meseta de regiones vecinas como Qinghai, Gansu, Sichuan, Yunnan y Xinjiang.
La «revolución energética» de Xi Jinping
La energía eólica es líder de mercado para las empresas chinas, a pesar de que la industria internacional lucha contra unos costes de producción más elevados.
Hace un año, el gobierno chino anunció que planea construir 450 GW de capacidad solar y eólica en el desierto de Gobi y otras zonas desérticas.
Para limitar las emisiones de carbono de aquí a 2030, el presidente Xi Jinping se ha comprometido a aumentar la capacidad eólica y solar de China hasta al menos 1.200 GW.
En 2021, China construyó más turbinas eólicas marinas que ningún otro país en los cinco años anteriores.
Durante el XX Congreso Nacional del Partido Comunista Chino, Xi Jinping declaró: «Debemos acelerar la transformación ecológica, aplicar estrategias de conservación integrales, desarrollar industrias ecológicas y con bajas emisiones de carbono, abogar por el consumo ecológico y promover métodos de producción y estilos de vida ecológicos y con bajas emisiones de carbono«.
A pesar de los esfuerzos por instalar más capacidad renovable en el país, el gobierno chino sigue apostando por la energía generada con carbón a corto plazo.
El año pasado, el Gobierno aprobó la construcción de otros 106 GW de capacidad de generación eléctrica a partir de carbón, cuatro veces más que el año anterior y los niveles más altos desde 2015, según Global Energy Monitor (GEM).
Estas cifras parecen contradecir el anuncio realizado a principios de 2022 por el organismo regulador de la energía en China, según el cual no se permitirían nuevas centrales eléctricas de carbón con el único fin de generar electricidad a gran escala.
En palabras de Flora Champenois, analista de investigación de GEM: «China sigue siendo la excepción flagrante al actual declive mundial en el desarrollo de centrales de carbón. Este tipo de proceso deja poco margen para una planificación adecuada o la consideración de alternativas«.
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