Actualizado: 05/07/2024
El año pasado, los ingenieros de la Universidad de Purdue utilizaron su experiencia en la ciencia de los materiales para producir la pintura más blanca del mundo, capaz de reflejar alrededor del 98% de la luz solar entrante y, por tanto, con un gran potencial en lo que respecta a la eficiencia energética de los edificios.
El equipo ha hecho algunos retoques a la receta y ha producido una versión más fina y ligera, que dicen que es ideal para su uso en coches, trenes y aviones.
La versión original de la pintura ultrablanca debía su capacidad suprema de reflejar la luz solar a la inclusión de sulfato de bario, un compuesto químico utilizado en el papel fotográfico y los cosméticos. Este compuesto se añadió a la mezcla en forma de partículas de distintos tamaños con diferente capacidad para dispersar la luz, lo que permitió a la pintura rebotar una mayor parte del espectro de la luz solar entrante.
Con una reflectividad del 98,1%, el material superó con creces la reflectividad de las pinturas reflectantes disponibles en el mercado, que tienen una reflectividad del 80 al 90%. En las pruebas realizadas en superficies exteriores, el equipo descubrió que la pintura podía reducir significativamente su temperatura en comparación con la del entorno y podía producir efectos de enfriamiento similares a los de los acondicionadores de aire comunes. Pero la pintura tenía sus defectos.
Para conseguir este nivel de refrigeración radiativa por debajo de la temperatura ambiente, tuvimos que aplicar una capa de pintura de al menos 400 micras de grosor. Eso está bien si se pinta una estructura estacionaria robusta, como el tejado de un edificio. Pero en las aplicaciones que tienen requisitos precisos de tamaño y peso, la pintura tiene que ser más fina y ligera.
Xiulin Ruan, desarrollador de la pintura.
Así que Ruan y su equipo idearon una nueva receta. El nuevo material presenta nitruro de boro en forma de nanoplaquetas hexagonales y ofrece una reflectancia solar del 97,9%, es decir, un poco menos que el original, pero lo hace en capas de sólo 150 micras de espesor. Esta nueva pintura no sólo es más fina, sino que también es de menor densidad y, por tanto, pesa alrededor de un 80% menos.
Este ligero peso abre las puertas a todo tipo de aplicaciones. Ahora esta pintura tiene el potencial de enfriar los exteriores de los aviones, los coches o los trenes. Un avión que esté en la pista en un día caluroso de verano no tendrá que hacer funcionar el aire acondicionado con tanta intensidad para enfriar el interior, lo que supondrá un gran ahorro de energía. Las naves espaciales también tienen que ser lo más ligeras posible, y esta pintura puede formar parte de ello.
George Chiu, profesor de ingeniería mecánica de Purdue.
Los científicos afirman que actualmente están en conversaciones para comercializar su pintura y, tras haber presentado las patentes de la tecnología, están entusiasmados con las posibilidades.
El uso de esta pintura ayudará a enfriar las superficies y a reducir en gran medida la necesidad de aire acondicionado. Esto no sólo ahorra dinero, sino que reduce el uso de energía, lo que a su vez reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. Y a diferencia de otros métodos de refrigeración, esta pintura irradia todo el calor al espacio profundo, lo que también enfría directamente nuestro planeta. Es increíble que una pintura pueda hacer todo eso.
Xiulin Ruan
Vía www.purdue.edu
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