Actualizado: 05/07/2024
La falta de acceso a agua potable sigue siendo un gran problema en varios países africanos. Si bien la proporción de personas con acceso seguro al agua potable ha aumentado levemente en África subsahariana desde el 2000, la cifra aún sigue siendo baja, pasando del 17.9% al 23.7%. Además, las estimaciones de la ONU indican que, para 2030, entre 75 y 250 millones de personas en África vivirán en zonas de alta escasez de agua, posiblemente llevando al desplazamiento de millones.
La tecnología al rescate
Ante este escenario, la desalinización, proceso que convierte el agua salada en agua dulce, se ha convertido en una solución crucial. Para esto, muchas plantas en África usan la ósmosis inversa, una técnica que utiliza una membrana semi-permeable y requiere una gran cantidad de electricidad. Sin embargo, en un continente donde la electricidad es un bien escaso, usar combustibles fósiles para generar la energía necesaria para la desalinización no es una opción sostenible.
Por suerte, gracias al auge de las energías renovables, especialmente la solar, esta tecnología de desalinización puede continuar expandiéndose sin exacerbar las emisiones de gases de efecto invernadero. Así, países con acceso al mar o lagos salados, que son 35 en total en África, ven una esperanza en el horizonte.
El futuro de la desalinización en África
Según el analista Vasundhara Barawkar, se espera que el mercado de la desalinización experimente un crecimiento significativo en los próximos cinco años, impulsado por sectores industriales intensivos en agua. Varios proyectos, desde plantas respaldadas por gobiernos hasta pequeñas iniciativas privadas, ya están en marcha en lugares como Tanzania, Sudáfrica, Marruecos y Namibia.
Un ejemplo destacable es la empresa española Abengoa, que ha logrado reducir el coste energético de su planta desalinizadora en Agadir, Marruecos, en un 43% mediante el uso de intercambiadores de presión.
Egipto toma la delantera
Mientras tanto, Egipto se destaca como líder en el campo de la desalinización. La planta KarmWater en Marsa Alam, ahora operativa tras dos años de construcción y completamente alimentada por energía solar, cubrirá el 100% de las necesidades hídricas del complejo Red Sea Diving Safari–Marsa Shagra a lo largo del año. La visión de Egipto es clara: un incremento en la oferta de agua desalinizada de 8.85 millones m3 diarios para 2050.
Un futuro más verde y húmedo
La energía renovable barata se postula como la solución para ofrecer a los africanos lo esencial: agua para beber y cultivar alimentos, electricidad para calefacción y refrigeración y, en última instancia, una mayor seguridad. Con la combinación de innovación y sostenibilidad, África está dando pasos firmes hacia un futuro más húmedo y verde.
Imagen: www.karmsolar.com
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