Actualizado: 12/05/2021
Lo han llegado a llamar ‘el polvo que salvará el mundo’ y no es para menos. Se trata de Poly-Glu, un producto que purifica el agua en un tiempo récord y que lo hace a bajo coste y de forma muy sencilla y sostenible. Compuesto por un ácido que se extrae de la soja fermentada, este producto ha abastecido de agua libre de agentes contaminantes a lugares tan necesitados de este recurso como Somalia o Haití.
Sumatra, Tailandia, México, Kenia, Burundi y, recientemente, Sierra Leona, se suman a la lista de lugares en los que este agente depurador de agua ha hecho la vida más fácil a sus ciudadanos, aproximándoles este recurso básico y minimizando los riegos de enfermedad derivados de la ingesta de agua contaminada.
Disentería, cólera o fiebres tifoideas son solo algunas de las enfermedades que el consumo de agua no depurada produce alrededor del mundo, donde más de medio millón de personas mueren cada año por diarreas derivadas de la contaminación del agua.
La realidad que se desprende de estas cifras, de la Organización Mundial de la Salud, explican las esperanzas puestas en Poli-Glu que, como se puede ver en este vídeo, actúa con una rapidez, facilidad y eficacia asombrosas. Básicamente, todo lo necesario para purificar el agua contaminada es verter el polvo, agitar el agua y esperar a que las impurezas se separen y se vayan, unidas, al fondo del recipiente.
Así, este agente desarrollado por la firma japonesa radicada en Osaka Nippon Poly-Glu, permite solo con ese sencillo proceso liberar el agua de agentes contaminantes y convertirla en un recurso apto para su uso en el hogar o en la higiene diaria. Sin embargo, para ingerirla será necesario otro paso más. Una vez las impurezas se hayan separado, lo único que hay que hacer para poder beber el agua sin riesgos para la salud es hervirla.
Esta “transformación mágica”, como dicen sus impulsores, del agua contaminada en agua “clara y transparente” se logra gracias al componente empleado para crear Poly-Glu, que no es más que ácido poliglutámico extraído de un producto tan común en Japón como inocuo para el medioambiente: la soja fermentada.
Con esta innovación como bandera, la empresa nipona sigue avanzando en sus trabajos para que el agua apta para el consumo llegue a los lugares del mundo donde es más necesaria. En esa línea ha dado un paso más y, a su polvo purificador de agua, suma ahora el desarrollo de plantas para el tratamiento de agua, que han sido ya establecidas en lugares como Bangladesh o Somalia. Estos son solo algunos de los países cuyos habitantes han podido sortear la escasez de este recurso gracias a la apuesta de esta empresa que, por su cuenta o en colaboración con la Organización Internacional de las Migraciones de Naciones Unidas, ha llevado su agente purificador a zonas sin acceso al agua, en situación de conflicto o devastadas a causa de catástrofes naturales.
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