Actualizado: 05/07/2024
Una cuarta parte de la población mundial sigue sin tener acceso a agua potable, según un informe de las Naciones Unidas. En diversos grados, dicho acceso está estrechamente relacionado con la pobreza. En el África subsahariana, por ejemplo, sólo el 24% de la población dispone de agua limpia y segura. En este contexto surge un pozo solar para suministrar agua potable en un pueblo de Senegal: la infraestructura hidráulica es capaz de extraer, purificar y almacenar agua gratuita a nivel local.
El proyecto consiste en la instalación de un pozo de 32 m de profundidad, equipado con paneles solares fotovoltaicos y una unidad de descontaminación y esterilización UV (ultravioleta) para que el agua sea apta para el consumo humano. El proceso aplica filtros de ósmosis y la esterilización elimina los virus y bacterias del agua.
Dirigida por la organización humanitaria Balouo Salo, la acción se desarrolló con donaciones privadas en Kenewal, una zona rural del sur de Senegal.
Los recursos del pozo solar contribuyen a garantizar un agua realmente limpia, evitando así la contaminación y reduciendo los casos de diarrea. El pueblo de Kenewal está habitado por mil personas y hay otros tres pueblos cercanos, que suman cinco mil personas.
El modelo de pozo propuesto por la organización Balouo Salo puede alcanzar una profundidad de hasta 40 m, dependiendo del nivel freático y del tipo de subsuelo. La excavación se realiza con máquinas perforadoras y luego se protege el agujero de la erosión y los corrimientos de tierra. En la abertura se inserta una bomba hidráulica. Debido a la presión del agua del acuífero subterráneo, el interior se llena de agua y se recarga estacionalmente, en función del ciclo de lluvias. Al ser una fosa profunda, el agua está menos contaminada y hay menos residuos.
La fosa también está equipada con una bomba sumergible alimentada por energía solar a través de una estación fotovoltaica. Los paneles solares, de 250 a 500 W, y las baterías permiten almacenar energía y reutilizarla en cualquier momento del día.
El agua extraída por la bomba se envía a un sistema de filtración por etapas: un prefiltro de membrana elimina los sedimentos, el agua pasa después por un tubo de acero inoxidable con una lámpara UV que esteriliza el agua y elimina las bacterias (es la misma esterilización que se utiliza normalmente en los instrumentos quirúrgicos). Después, el agua se envía a un filtro de membrana osmótica que elimina entre el 95 y el 98% de las bacterias, incluidas las del cólera, los estafilococos y la giardia.
Por último, el líquido se envía a cubas esterilizadas y está listo para el consumo. El agua está conectada a grifos de fácil acceso para la comunidad. Parte del agua puesta a disposición de los residentes no pasa por el proceso de filtrado, destinándose a otros usos, como la agricultura.
Situación precaria
La accesibilidad a los servicios y las infraestructuras es inexistente en el pueblo de Kenewal. Según Balouo Salo, el 88% de los habitantes de la región viven en viviendas que arrojan los residuos domésticos a la calle, al monte o a vertederos ilegales. La esperanza de vida local es inferior a la media nacional, y dos de cada tres niños corren riesgo de desnutrición y, en consecuencia, de mortalidad.
Además, alrededor del 80% de los niños menores de cinco años corren riesgo de diarrea, giardiasis y cólera, lo que también se debe a la ausencia de vacunas y a la inaccesibilidad a la atención médica.
Este proyecto se desarrolló en el pueblo de Kenewal, municipio de Baghere, región de Sedhiou, pero ya se han llevado otras iniciativas similares a otras zonas de Senegal.
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