Actualizado: 01/06/2018
Suministro eléctrico las veinticuatro horas del día o, descendiendo más al detalle, que los estudiantes puedan utilizar ordenadores en el colegio o estudiar por las noches eran, hasta ahora, algo fuera del alcance de los vecinos de Paluán, en Filipinas. Sin embargo, estas deficiencias históricas han quedado en el pasado gracias a la que se ha convertido en la mayor microrred energética del sudeste asiático y la primera del continente en desplegar la Powerpack de Tesla, solución para el almacenamiento de energía que ha dado un giro a las vidas de las más de 16.000 personas que habitan este municipio.
Unas vidas que no eran fáciles con un suministro marcado por cortes que se prolongaban durante días. Cuando la suerte venía de cara y el sistema no se caía, la media de horas diarias con acceso a la electricidad rondaba las 16. Frente a esa precariedad, la entrada en operaciones de la red supone, además de ese aporte a los estudiantes, “que las familias puedan combatir el calor del verano con ventiladores, que las tiendas vendan bebidas frescas e, incluso, que esté en proyecto una planta de hielo para los pescadores locales”.
El retrato del alcance lo realiza Carl Pangilinan, alcalde de la localidad, en un comunicado emitido tras la inauguración el 11 de marzo de un proyecto que está en operaciones desde finales de 2017 y que ha sido recibido con entusiasmo por los vecinos. Allí se ve, y no extraña, como “un punto de inflexión para Paluán, que nunca antes había tenido electricidad las 24 horas del día, los 7 días de la semana”.
En lo más técnico, este giro de 180 grados se concreta en una instalación de paneles solares de 2 MW, que se acompaña del sistema de almacenamiento de energía de la multinacional que lidera Elon Musk. Con sus 2 MWh, esta es la pieza que aporta al municipio su independencia de esa red errática a la que, hasta ahora, tenía que resignarse. Además, para prevenir cualquier susto, el sistema cuenta con 2 MW de respaldo que, si hubiera necesidad, serían aportados por un generador diésel.
Con esta capacidad y con su carácter inédito en la región e, incluso, en el continente, si por algo más destaca esta microrred es por la reducción de costes que supone. Se estima que esta solución propicia un ahorro de hasta el 50%. Tirando de ella, para que se hiciera realidad, está Solar Philippines, proveedora de energía que ha promovido el proyecto y que parece que no se va a quedar ahí. “Si podemos hacer esto en Paluán, podemos hacerlo en cualquier otra ciudad de Filipinas”, avanza Leandro Leviste, fundador de la energética.
Sus palabras no tienen visos de quedar solo en eso. Para ello, ha anunciado que la microrred de Paluán marca el punto de partida de un programa bautizado como ‘Solar Para Sa Bayan’ (solar para la ciudad), para que el acceso a la energía fiable, asequible y limpia se extienda en este país. Los archipiélagos de Luzón, Bisayas o Mindanao son solo algunas de las áreas de Filipinas en las que no se ha conocido otra cosa que la luz marcada por las intermitencias permanentes. Así, campo para replicar la iniciativa, hay mucho, en especial si se pretende avanzar en el objetivo trazado por esta compañía, que apuesta por acabar con la pobreza energética en Filipinas en 2022.
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