Actualizado: 08/11/2023
General Motors ha decidido lanzar una llamada a revisión sin precedentes en la historia de las cuatro ruedas. Todos los Chevrolet Bolt producidos hasta la fecha tendrán que someterse a reparación para sustituir el paquete de baterías y eliminar así el riesgo de incendio detectado por los técnicos del grupo de Detroit.
La última campaña de GM no es más que una extensión de las llamadas a revisión ya lanzadas en los últimos meses por el mismo problema, pero en cualquier caso supone un duro golpe para las finanzas del fabricante dirigido por Mary Barra: habrá que sostener nuevos costes de unos 1.000 millones de dólares, lo que eleva la factura sólo de las llamadas a revisión del Bolt a un total de unos 1.800 millones de dólares.
General Motors, entre otras cosas, ha ordenado a sus concesionarios que dejen de vender el coche hasta que finalice toda la campaña.
En cualquier caso, el problema detectado reduce las ambiciones de General Motors en comparación con otros fabricantes «eléctricos».
Desde un punto de vista puramente numérico, la reparación no es grande.
En conjunto, afecta a algo más de 73.000 vehículos comercializados principalmente en Estados Unidos (63.683 ejemplares del año modelo 2020-22, que ya han sufrido dos retiradas sin éxito, y 9.335 coches producidos en 2019, no incluidos en la anterior reparación).
En concreto, se encontraron dos defectos de fabricación en el perno de una sola célula de las baterías fabricadas por la empresa coreana LG Chem: un ánodo roto y un elemento de separación doblado.
Según el fabricante, que conoce al menos nueve casos, estos defectos aumentan el riesgo de incendio.
GM sustituirá todos los módulos de la batería en los Bolts producidos de 2017 a 2019 y solo las celdas defectuosas en los modelos ensamblados a partir de 2020.
Las baterías sustituidas tendrán una garantía limitada de ocho años o 100.000 millas.
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