Actualizado: 01/01/2023
Los techos verdes reducen el peligro de las inundaciones. Una investigación del centro de investigación, desarrollo, aplicación y transferencia de tecnologías innovadoras ENEA, destaca que las dos principales funciones «invernales» de las cubiertas vegetales son: absorben hasta el 50% de las aguas pluviales y regulan su entrada en el sistema hídrico de la ciudad.
Los tejados verdes representan una de las inversiones más interesantes si hablamos de eficiencia energética para reducir el calor del verano. Pero los beneficios de las cubiertas vegetales no se limitan a los meses cálidos.
Esta solución arquitectónica puede ser muy útil incluso en invierno y no sólo para las casas que lo tengan instalado. Según explican los expertos del Centro de Investigación ENEA Casaccia, las cubiertas verdes, además de mejorar el aislamiento térmico de las plantas superiores de las viviendas, pueden ayudar «a reducir el peligro de fenómenos meteorológicos extremos, como fuertes aguaceros y lluvias torrenciales».
Los tejados verdes han demostrado ser capaces de absorber hasta el 50 % del agua de lluvia, regulando el flujo en el sistema de agua urbano. Los datos proceden directamente del estudio realizado por Enea en la Escuela de Energía del Centro de Investigación.
Se trata de un sistema experimental de cubierta-pared que usa una estructura autoportante situada a 50 cm de la fachada del edificio y que alberga plantas resistentes tanto a la aridez del suelo como al frío. Este tejado verde es una especie de sándwich con múltiples capas, con un espesor de sólo 20 cm.
En este «trozo de tierra» se han plantado varias especies de Sedum y hierbas, como el Echium. «Este tipo de cobertura vegetal no supera los 100 kilos de peso por metro cuadrado, pero cuando se riega, o en caso de lluvia, puede llegar a pesar hasta 6 veces más porque, como una esponja, retiene el agua durante 2-4 horas antes de drenarla por los bajantes de los edificios«, explica Carlo Alberto Campiotti, de la Unidad de Eficiencia Energética del ENEA. «Y esta es una de las razones por las que, en la fase de diseño de una cubierta verde, es esencial que un técnico también realice el cálculo de la estructura del edificio«.
En conjunto, este sistema podría reducir hasta en un 10 % la energía necesaria en la calefacción invernal y en un 15 % la que se necesita para la refrigeración. «Los tejados verdes son particularmente eficaces en verano, pueden reducir la temperatura en hasta 25 ºC, con una fuerte reducción del flujo de calor hacia el interior de la casa. Pero en invierno son igual de útiles«.
Una utilidad que va más allá de los límites físicos del edificio. Se ha comprobado que estas soluciones reducen el impacto de los eventos climáticos extremos. ¿Qué es eso? Al reducir significativamente el efecto de isla de calor (microclima más cálido en las zonas urbanas), y los efectos de las «trombas de agua» y las lluvias torrenciales que afectan cada vez más a las ciudades debido al cambio climático.
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