El Centro Aeroespacial Alemán ha desarrollado el Vehículo Interurbano (IUV), un concepto para vehículos de clase media y alta.
Tiene cinco metros de largo, dos de ancho y ofrece espacio para cinco personas. El vehículo eléctrico de pila de combustible alimentado por hidrógeno está pensado para permitir una conducción cómoda y sin emisiones en distancias largas de hasta 1.000 kilómetros.
Mediante la combinación de diferentes enfoques de construcción ligera, el IUV con unidades de almacenamiento de energía pesa menos de 1.600 kg cuando está vacío, explican los desarrolladores.
Al mismo tiempo, ofrece un nivel de seguridad muy elevado, con funciones de conducción autónoma.
Para el proyecto, construimos el IUV como un prototipo de carrocería enrollable. Este prototipo ofrece una primera impresión de cómo podría ser el vehículo en la práctica. Al mismo tiempo, con la ayuda del prototipo, pudimos desarrollar mejor los componentes y tecnologías centrales, medirlos y probarlos en bancos de pruebas. También muestra qué aspectos podemos seguir desarrollando y realizando en el futuro con socios de la industria y la investigación.
Sebastian Vohrer, director del proyecto.
Una estructura ligera del vehículo es la clave del concepto para mantener un bajo consumo de energía y una gran autonomía.
La carrocería del IUV pesa sólo 250 kg, aproximadamente una cuarta parte menos de lo que es habitual en este segmento de vehículos.
Sebastian Vohrer
Para conseguirlo, se han aplicado diferentes métodos de fabricación. Además, la carrocería está compuesta en gran medida por plásticos reforzados con fibra.
En algunos casos, también se usan estructuras de aluminio o materiales tipo sándwich, sobre todo cuando los componentes tienen que ser muy rígidos y absorber mucha energía en un choque.
Los materiales tipo sándwich combinan, por ejemplo, una capa superior de material compuesto de fibra con un núcleo ligero de espuma de plástico o incluso materiales sostenibles como la madera de balsa. Según el DLR, esta estructura hace que sean ligeros y, al mismo tiempo, con propiedades de choque muy ventajosas.
Siempre que ha sido posible, los investigadores del DLR han trabajado con la integración funcional, otro enfoque de construcción ligera.
Propulsión eléctrica de hidrógeno y gestión inteligente de la energía.
El IUV está diseñado como un híbrido enchufable de pila de combustible.
Combina una pila de combustible con una potencia de 45 kilovatios, un depósito de hidrógeno de 700 bares de presión y una batería con una capacidad de 48 kWh.
Con esta configuración, el IUV tiene una autonomía total de hasta 1.000 km, según los desarrolladores.
Los motores eléctricos, con una potencia total de 136 kW/185 CV, aceleran el vehículo hasta 180 km/h.
El proceso de repostaje en una estación de servicio de hidrógeno dura aproximadamente el mismo tiempo que el de los motores convencionales.
La batería se puede cargar por separado. La pila de combustible está situada en la parte delantera del coche, la batería en la parte trasera. El depósito de hidrógeno de los bajos del vehículo contiene unos 7,5 kg de hidrógeno.
El DLR también ha estudiado a fondo el tema de la gestión de la energía. Para el IUV, los investigadores examinaron, entre otras cosas, los sistemas de almacenamiento de hidruros metálicos.
Con la ayuda de este nuevo tipo de sistema de almacenamiento, parte de la diferencia de presión entre el depósito de hidrógeno a 700 bares y la pila de combustible a cinco bares puede usarse para generar refrigeración adicional para el aire acondicionado del vehículo y para apoyar la máquina de refrigeración convencional.
En su trabajo para el IUV, los científicos del DLR también investigaron cómo afectaría la conducción autónoma al concepto y la arquitectura del vehículo. Para ello, asumieron un alto grado de automatización (nivel 4). El coche se conduce solo permanentemente. Sólo cuando ya no puede gestionar una tarea, pide al humano que vuelva a tomar los mandos.
El equipo del IUV desarrolló varios diseños con este fin y los evaluó para comprobar su viabilidad funcional y técnica. Uno de los resultados es la disposición de los asientos del IUV, que puede adaptarse de forma variable al modo de conducción: Los dos asientos delanteros son giratorios. En modo autónomo, los ocupantes también pueden sentarse de espaldas al sentido de la marcha.
El concepto de climatización se adapta al interior y a los respectivos ocupantes. Cada pasajero puede controlar el aire acondicionado individualmente a través de interfaces en el revestimiento del techo.
Fernando Bellandi Rullo. dice
Una inquietud acerca del sistema de almacenaje de hidrógeno: Según la información del diseñador, este sistema opera a 700 bar, lo que equivale a unas 690 atmósferas de presión, o a 10.150,00 psi: una presión enorme. Un cilindro comercial de gas hidrogeno comprimido, por lo general se maneja a una presión de 3.000,00 psi, y su uso ya resulta bastante riesgoso: Que decir de un sistema que opera a mas de tres veces esa presión. ¿Cuál será el material, el grosor y el peso del depósito? dado que el peso del vehículo es muy liviano. En caso de una colisión, ¿cual sería la resistencia y seguridad de dicho sistema de almacenaje?.
Juan Carlos Fernández dice
Gran articulo. Dentro de 40 años, será aplicable esa tecnoligía en este arcaico pais, que tieme un retraso de un siglo…
Justo dice
😉 ? bien bien Bravo ahora si tengo un norte con esa tecnología donde en mi ciudad lamentablemente no hay sistemas de ahorro de agua podré aprovechas con esta tecnología todo el derroche de mi pueblo bienvenidos Bravo porfavor desarrollando no se desanimen sigan así el Mundo se los agradecera