Una nueva investigación muestra que las personas que viven a menos de 300 metros de un espacio verde tienen un 16% menos de riesgo de sufrir un ictus.
Las personas que están rodeadas de mayores niveles de vegetación en su lugar de residencia están protegidas contra la aparición de un ictus.
Dra. Carla Avellaneda, coautora del estudio.
Los resultados indican que existe una clara relación entre los niveles de contaminantes en la atmósfera y el riesgo de sufrir un ictus.
Por cada diez microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno en el aire, el riesgo aumenta un 4%, y cada microgramo cúbico adicional de hollín en el aire eleva el riesgo un 5%. Ambos están relacionados con el tráfico de automóviles.
Estos riesgos son generalizados y no se ven afectados por la edad, el hábito de fumar o los factores socioeconómicos.
Por el contrario, tener abundantes espacios verdes cerca de casa reduce el riesgo de sufrir un ictus hasta en un 16%.
Para el estudio, el equipo analizó la exposición de 3,5 millones de personas de Cataluña (España) a los contaminantes atmosféricos. La colaboración, dirigida por el Instituto de Investigación Médica del Hospital del Mar y la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitaria de Cataluña, usó referencias geográficas y diseñó modelos para medir la exposición al dióxido de nitrógeno y al hollín, usando datos de la población.
Todas las personas que analizaron eran adultos que no habían sufrido un ictus antes de comenzar el estudio.
Los investigadores afirman que, a la luz de sus conclusiones publicadas en la revista Environment International, deberían reforzarse las recomendaciones sobre los niveles de óxido de nitrógeno y partículas finas en la atmósfera considerados «seguros» por la Unión Europea.
Se cree que vivir cerca de espacios frondosos ayuda a la gente a hacer ejercicio, a reducir el estrés y a socializar con los amigos.
A pesar de que se cumplen los niveles fijados por la Unión Europea, nos encontramos con la paradoja de que sigue existiendo un riesgo para la salud, como el que identificamos en este estudio, en el que hay una relación directa entre la exposición a los contaminantes de nuestro entorno y el riesgo de sufrir un ictus.
Dra. Rosa María Vivanco, autora principal del estudio.
Más información: www.sciencedirect.com (texto en inglés).
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