BASF recibe aprobación de fondos para la construcción de la bomba de calor industrial más grande del mundo para la generación de vapor libre de CO2
BASF ha recibido la aprobación de fondos del Ministerio Federal de Asuntos Económicos y Acción Climática de Alemania para la construcción de la bomba de calor industrial más potente del mundo. Este proyecto será clave para la reducción de emisiones de CO2 y es parte de los esfuerzos de la empresa para la transformación ecológica. La bomba de calor, que utilizará el calor residual de un craqueador de vapor en el sitio de Ludwigshafen, permitirá generar vapor libre de CO2, lo que representa un avance significativo para la industria química.
La planta, cuya construcción comenzará en el primer trimestre de 2025, será única en su tipo, ya que no existen proyectos pilotos industriales comparables en el mundo. Además, contribuirá significativamente a la sostenibilidad de los procesos de producción en la industria química, utilizando el calor residual de gases de proceso y energía eléctrica proveniente de fuentes renovables.
Impacto ambiental y reducción de emisiones
El nuevo sistema de bomba de calor tendrá la capacidad de producir hasta 500.000 toneladas métricas de vapor por año. La mayor parte de este vapor se destinará a la producción de ácido fórmico, un componente químico clave en muchos procesos industriales. El uso de esta tecnología tiene el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la producción de ácido fórmico hasta en un 98 %. Además, una parte más pequeña del vapor libre de CO2 se distribuirá a otras plantas de producción de BASF mediante la red de vapor en el sitio, contribuyendo a una disminución total de hasta 100.000 toneladas métricas de CO2 anuales.
Este avance forma parte del compromiso de BASF para alcanzar cero emisiones netas de CO2 para el año 2050, un objetivo ambicioso que también tiene como finalidad ayudar a sus clientes a reducir su huella de carbono en sus propios procesos de producción. El sitio de Ludwigshafen jugará un papel crucial en este esfuerzo, ya que la empresa busca convertirlo en un centro líder de producción química sostenible en Europa.
Tecnología innovadora y futuro energético
El proceso de electrificación de la generación de vapor es esencial para una producción más sostenible de energía en la industria química. Tradicionalmente, la generación de vapor en la industria depende en gran medida de la quema de combustibles fósiles, lo que produce emisiones de CO2. Sin embargo, con la implementación de esta bomba de calor y el uso de energía renovable, BASF no solo reducirá significativamente su dependencia de los combustibles fósiles, sino que también acelerará la transición hacia tecnologías más limpias y sostenibles.
El Ministerio Federal de Asuntos Económicos y Acción Climática de Alemania contribuirá con hasta 310 millones de euros al proyecto, como parte del programa de financiamiento de Contratos por Diferencia de Carbono (Carbon Contracts for Difference). Este apoyo económico subraya la importancia de la iniciativa y el compromiso del gobierno alemán con la reducción de emisiones industriales.
Liderazgo en sostenibilidad industrial
El proyecto en Ludwigshafen es solo una de las muchas iniciativas de BASF orientadas a la transformación verde. Además de este proyecto, la empresa está trabajando en el desarrollo de una planta demostrativa para craqueadores de vapor con calefacción eléctrica, así como en un electrolizador de agua para producir hidrógeno verde, que ya está en construcción. Estas tecnologías, junto con el uso de materias primas renovables y electricidad de fuentes sostenibles, forman el núcleo de la estrategia de BASF para reducir su huella de carbono.
El uso del vapor en la industria química es indispensable, ya que se utiliza en procesos como el secado de productos, la calefacción de reactores y la destilación. En el sitio de Ludwigshafen, BASF ya satisface el 50 % de su demanda de vapor mediante la recuperación de calor de las plantas de producción, reduciendo así sus emisiones. El 50 % restante todavía se genera mediante centrales eléctricas de gas y vapor. Con la nueva bomba de calor, se espera que una parte importante de esta energía provenga de fuentes renovables y sin emisiones de CO2.
Este tipo de innovación representa un paso crucial hacia un futuro más sostenible para la industria química y demuestra el liderazgo de BASF en la adopción de tecnologías que reducen el impacto ambiental y contribuyen a la lucha contra el cambio climático. Al reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y aprovechar el calor residual, BASF está estableciendo un nuevo estándar para la sostenibilidad en el sector industrial.
La construcción de la bomba de calor industrial más grande del mundo en el sitio de Ludwigshafen de BASF es una clara demostración de los avances en tecnologías sostenibles dentro de la industria química. No solo permitirá reducir de manera significativa las emisiones de CO2, sino que también servirá como modelo para futuras aplicaciones industriales. Con el apoyo del gobierno alemán y el compromiso continuo de BASF con la innovación y la sostenibilidad, este proyecto es un ejemplo de cómo las empresas pueden contribuir activamente a la transición hacia una economía más verde.
Vía www.basf.com
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