El billete de verano será válido en los trenes de cercanías y regionales, los autobuses, así como en la U-Bahn y la S-Bahn
El Parlamento alemán aprueba el polémico billete de 9 euros para ayudar a los ciudadanos a hacer frente a la subida de los precios del combustible. La medida prevé la introducción de un abono mensual para todo el transporte público, incluidos los trenes y autobuses urbanos, por sólo 9 euros.
El abono estará disponible desde el 23 de mayo hasta finales de agosto y costará al gobierno alemán 2.500 millones de euros. La política es bien recibida por muchos ciudadanos y, según describen fuentes gubernamentales, es una especie de ensayo para el futuro, ya que el país intenta avanzar hacia políticas más respetuosas con el clima.
¿Para qué sirve el billete de 9 euros?
Este billete parece inspirada en una iniciativa austriaca del año pasado, cuando introdujeron el billete climático. Aunque en el caso de Austria, el billete no tenía un precio tan reducido, sí cubría el transporte en todo el país y fue aclamado como una mejora hacia opciones de viaje más sostenibles durante el verano.
Con un único billete, los ciudadanos podrán utilizar todos los medios de transporte público de Alemania, incluidos los autobuses, los U-Bahns, los S-Bahns, los tranvías y los trenes locales y regionales de la Deutsche Bahn. Las excepciones son los servicios de transporte de larga distancia, como los trenes ICE, IC y EC de Deutsche Bahn, FlixTrains y FlixBuses.
Sin embargo, el billete sólo será válido durante el mes natural correspondiente, lo que significa que si lo compra a mediados de julio, sólo funcionará hasta el final del mes. A pesar de este pequeño inconveniente, el billete de 9 euros es una ganga en comparación con la mayoría de las ofertas similares. Sólo en Berlín, por ejemplo, un viaje sencillo cuesta 3 euros.
La tarifa reducida también cubrirá los abonos de larga duración y los operadores de transporte reducirán la cuota mensual a 9 euros mientras dure la medida.
Movilidad sostenible o recorte de precios insostenible.
El billete de 9 euros pretende conseguir dos cosas. Una: espera reducir los precios de los desplazamientos tanto para los usuarios habituales del transporte público como para los propietarios de automóviles. La segunda, convencer a más personas de que se pasen al transporte público, dándoles a conocer esta forma de viajar. Esta parte se dirige específicamente a las personas monomodales, es decir, las que sólo utilizan el coche personal para viajar.
En términos de reducción de los precios de los viajes para los consumidores, la medida es bastante bien recibida por el público alemán, según muchos informes. Las tarifas mensuales de viaje para una familia de tres miembros serían tan bajas como 27 euros, lo cual es, cuando menos, novedoso.
Sin embargo, la política en sí ha sido objeto de críticas en el Senado alemán, especialmente por parte de algunos estados. La principal crítica que se hace a la propuesta es que supondría un agujero en los presupuestos de las empresas de transporte público, que luego tendrían que compensar con una subida de precios.
Otro punto es que los operadores de líneas no pueden aumentar la capacidad en tan poco tiempo, para hacer frente a una supuesta afluencia de pasajeros. Los críticos también han señalado que el billete no contribuirá a reducir el uso del coche en las zonas rurales, ya que la gente de allí opta por el transporte público porque hay muy poco.
Si el gobierno federal cree que el billete es un medio de transporte, no lo es. Si el gobierno federal cree que puede aplaudir a los estados federados por un consuelo de tres meses y que otros deben pagar la factura por ello, entonces ha cometido un gran error.
Christian Bernreiter, ministro de Transportes de Baviera.
Deja una respuesta