Actualizado: 05/07/2024
Asca lleva diez años desarrollando películas solares orgánicas. Este material, que produce energía con independencia de la temperatura, la orientación y la nubosidad, desde el amanecer hasta el atardecer, puede instalarse fácilmente en fachadas, tejados, barandillas, balcones, etc., para hacerlos autosuficientes energéticamente. Enfoque en una tecnología revolucionaria que complementa a los paneles fotovoltaicos.
Ligera, flexible y translúcida, esta solución supone un cambio respecto a los paneles solares fotovoltaicos que estamos acostumbrados a ver. Han sido necesarios diez años de investigación y cien millones de euros de inversión para llevar a cabo este prometedor proyecto.
Si imprimiéramos tantas películas solares como cintas de transferencia térmica, produciríamos más que toda la energía de la central nuclear francesa cada año. Actualmente, fabricamos 13.000 kilómetros de cinta de transferencia térmica al día, lo que supone 2.000 millones de m2 al año. Incluso si tomamos sólo mil millones, con la producción actual, produciríamos 60 gigavatios (GW) de energía eléctrica. Eso es toda la central nuclear francesa, cuando funciona.
La solución está delante de nosotros.
Hubert de Boisredon, director general del grupo Armor
Desde entonces, el grupo de Nantes ha invertido más de 100 millones de euros en La Chevrolière, cerca de Nantes, para desarrollar una tecnología basada en polímeros fotoactivos, sin disolventes ni materiales raros, y cuyo fin de vida está previsto desde la fase de diseño del producto.
Cómo funciona.
Esta tecnología implica el uso de una «tinta solar» basada en un polímero fotoactivo. Este componente es el que permite que el producto final sea fotovoltaico. La tinta se imprime en cinco capas sobre una película de PET flexible.
A continuación, el conjunto se envuelve con otras dos capas protectoras para proteger los polímeros de las agresiones externas (humedad, rayos UV, oxígeno, etc.).
La película solar obtenida mediante este proceso tiene muchas características, entre ellas la flexibilidad. Puede aplicarse a cualquier superficie, haciéndola energéticamente activa. Además, el producto es hasta un 50% transparente, por lo que puede integrarse fácilmente en el acristalamiento sin bloquear la luz entrante. La película ASCA también es muy ligera: menos de 500 g/m².
Las láminas solares de ASCA se fabrican mediante un proceso de bajo impacto ambiental. Gracias a la técnica de recubrimiento rollo a rollo utilizada en su diseño, el proceso de producción es energéticamente eficiente.
Esta película fotovoltaica orgánica sólo necesitaría un máximo de tres meses para generar la misma cantidad de energía que se utilizó en su fabricación. En el caso de la energía fotovoltaica convencional, este tiempo se mide en años.
Para cumplir las estrictas normas medioambientales, la empresa también ha excluido los componentes raros y tóxicos del proceso de fabricación. Las láminas solares ASCA no contienen metales raros.
Más información: asca.com
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