La actualidad energética en Australia sigue marcando hitos importantes. Recientemente, el país ha alcanzado un nuevo récord en cuanto a la proporción de energías renovables en su matriz eléctrica. A pesar de este logro, el desafío de la transición energética sigue siendo enorme debido al aislamiento geográfico del mayor país de Oceanía.
El nuevo récord se registró en la mañana del 9 de septiembre. Según Geoff Eldridge, a las 11:50, las energías renovables contribuyeron con un 73% del mix eléctrico en Australia, mientras que el carbón representó solo un 26,5%. Esta cifra es la mayor proporción registrada para energías renovables en el país, y el porcentaje más bajo para el carbón. Los datos provienen de la plataforma de monitoreo Open-NEM, la cual rastrea en tiempo real la producción energética. Cabe destacar que en 2018, cuando se lanzó esta plataforma, la participación mínima del carbón era superior al 62%, mientras que la máxima participación de las energías renovables no superaba el 25%.
Este cambio notable en los números se debe al aumento en la capacidad de producción de energías renovables, como la solar y la eólica. También es importante señalar que la llegada de la primavera austral ayudó, ya que muchas regiones del país han sido barridas por fuertes vientos, lo que favoreció la generación eólica.
Neutralidad de carbono: El gran desafío de Australia
Australia, uno de los mayores exportadores de gas y carbón del mundo, ha comenzado su transición hacia la neutralidad de carbono, con el objetivo de alcanzarla para mediados del siglo XXI. Este compromiso se refuerza con la reciente aprobación del plan climático «Future Made in Australia Act», que prevé movilizar casi 14 mil millones de dólares australianos entre 2024 y 2050 para impulsar el desarrollo de tecnologías renovables, como la energía fotovoltaica y los combustibles de bajo carbono.
Sin embargo, la tarea no será fácil, ya que Australia enfrenta una realidad particular. A diferencia de Europa, el país no puede depender de interconexiones eléctricas con naciones vecinas debido a su aislamiento geográfico. Esto implica que debe ser autosuficiente en su producción y almacenamiento de energía, por lo que está multiplicando proyectos de almacenamiento energético para mitigar la intermitencia de las fuentes renovables, como la solar y la eólica. A pesar de estos esfuerzos, el regulador australiano de energía ha advertido que sin inversiones adicionales en infraestructura y tecnología, el país podría enfrentar apagones en las próximas décadas.
Actualmente, Australia tiene planificado el cierre de sus 16 centrales de carbón en los próximos años, aunque este proceso será gradual. Un ejemplo es la central de Eraring, la más grande del país con una capacidad instalada de 2.880 MW, cuya clausura, inicialmente prevista para 2025, ha sido retrasada hasta 2027 debido a complicaciones en el proceso.
Oportunidades y retos del futuro energético de Australia
A pesar de los obstáculos, el potencial de Australia para consolidarse como una potencia en energías renovables es inmenso. El país cuenta con vastos recursos solares, eólicos y geotérmicos, que podrían permitirle no solo abastecer su demanda interna de energía, sino también convertirse en un exportador de energías limpias a través de proyectos innovadores como la exportación de hidrógeno verde.
El hidrógeno verde se perfila como una de las soluciones clave para la descarbonización en sectores que son difíciles de electrificar, como el transporte marítimo y la industria pesada. Australia ya está invirtiendo en infraestructura para producir y exportar este combustible, posicionándose como un jugador importante en el mercado global de hidrógeno verde.
Aunque Australia enfrenta desafíos únicos debido a su geografía y dependencia histórica de combustibles fósiles, el país está avanzando a pasos firmes hacia un futuro energético más sostenible. La clave del éxito radica en la capacidad de continuar aumentando la inversión en tecnologías renovables y almacenamiento, así como en la descarbonización de su economía sin comprometer la seguridad energética.
Vía www.linkedin.com
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