Actualizado: 05/07/2024
El nuevo recubrimiento protege a las bacterias fijadoras de nitrógeno del calor y la humedad, lo que podría permitir su uso agrícola a gran escala.
La agricultura moderna se enfrenta al desafío de ser sostenible. En este contexto, los fertilizantes químicos convencionales, aunque ampliamente usados, presentan problemas significativos: contaminan los cuerpos de agua y agotan los nutrientes del suelo, además de ser costosos. Frente a esto, un grupo de investigadores liderados por la Asistente Profesora Ariel Furst en el MIT ha desarrollado una solución prometedora.
Microbios beneficiosos: Una alternativa sostenible
Algunos agricultores ya están experimentando con bacterias fijadoras de nitrógeno, microorganismos que capturan el nitrógeno atmosférico y lo convierten en amoníaco en el suelo. Este proceso no solo nutre a las plantas, sino que también revitaliza el suelo y fortalece las defensas naturales de las plantas contra insectos dañinos. Sin embargo, estas bacterias son extremadamente sensibles al calor y la humedad, lo que dificulta su transporte y aplicación a gran escala.
Tecnología de recubrimiento: Protección contra calor y humedad
El equipo de Furst ha creado una tecnología de recubrimiento que protege a estas bacterias sin afectar su crecimiento o función. Las bacterias recubiertas pueden ser liofilizadas, transportadas y aplicadas en los cultivos en forma de polvo. Este avance representa un gran paso hacia la utilización masiva de estos microorganismos en la agricultura.
Redes de Metal-Fenol: Un Escudo Innovador
Los investigadores desarrollaron 12 redes de metal-fenol (MPN) diferentes, utilizando metales como hierro, manganeso, aluminio y zinc, todos seguros para su uso en alimentos. Estas redes también incluyen compuestos orgánicos llamados fenoles, considerados seguros por la FDA. Las MPN protegen a las bacterias de temperaturas de hasta 50 ºC y humedades relativas de hasta 48%.
Resultados prometedores en el Laboratorio
El MPN más efectivo combinó manganeso con un polifenol conocido como epigalocatequina galato. Las bacterias Pseudomonas chlororaphis recubiertas con esta fórmula y expuestas a 50 ºC mostraron una mejora del 150% en la tasa de germinación de semillas de plantas como eneldo, maíz, rábanos y bok choy, en comparación con bacterias frescas pero sin recubrir.
Hacia una agricultura regenerativa y accesible
Furst, con su empresa emergente Seia Bio, busca comercializar esta tecnología. Su objetivo es hacerla económica y accesible, contribuyendo a democratizar la agricultura regenerativa. Este avance no solo promete reducir la dependencia de fertilizantes químicos, sino también impulsar una agricultura más verde y sostenible.
Vía mit.edu
Manuel Lopez Guillen dice
Soy ingeniero agrónomo y estoy parado y no en cuento trabajo Manuel
Ernesto dice
No aconsejable para aplicar a políticos porque contaminarian
Alejandro Bañados dice
Excelente iniciativa y desarrollo, para un planeta que necesitacun respiro a tanta contaminación antropogénica.