
WWF publica un nuevo informe sobre los desechos marinos y denuncia: «Los países mediterráneos todavía no pueden recuperar todos sus residuos y están lejos de tratarlos con una forma eficiente de economía circular.«
El plástico se ha convertido en un material omnipresente en el Mediterráneo. Forma parte de nuestra vida cotidiana y son presencia constante en sus playas y en sus aguas. Con estas palabras se abre el nuevo informe del WWF dedicado a la contaminación marina. La asociación ecologista hace balance de las dificultades del Mare nostrum en relación con el «plástico».
Cada año, de hecho, 570.000 toneladas de residuos plásticos terminan en sus aguas, en su mayoría procedentes de actividades costeras (50% de las toneladas totales). Un 30% de la basura llega, en cambio, del interior gracias a los ríos -Ceyhan, Seyhan, Po y Nilo son considerados los principales responsables- mientras que el resto está ligado a las actividades en el mar.
A diferencia de los océanos, en el sistema mediterráneo cerrado el 80% de la contaminación marina vuelve a la tierra en una década. Por término medio, cada día se acumulan más de 5 kg de plástico por kilómetro de costa. La región de Cilicia turca tiene la mayor tasa de contaminación costera del Mediterráneo, seguida de las zonas costeras que rodean Barcelona y Tel Aviv. Las zonas críticas incluyen las playas de Marsella y Venecia y las costas cercanas al Delta del Po.
De cara al futuro, la situación es aún más preocupante. De hecho, si no se toman medidas, estas cifras seguirán aumentando y se espera que la producción de residuos plásticos en la región se cuadruplique a mediados de siglo.
«El mecanismo de gestión del plástico está definitivamente muerto – explica Donatella Bianchi, presidenta de WWF Italia – los países mediterráneos todavía no pueden recoger todos sus residuos y están lejos de tratarlos con una forma eficiente de economía circular. El cortocircuito radica en el hecho de que mientras que el coste del plástico es extremadamente bajo, el de la gestión de residuos y la contaminación recae casi exclusivamente en la comunidad y la naturaleza.»
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