
La decisión recibe el sí de Alemania e Italia gracias a un compromiso: la ampliación del plazo para la entrada en vigor de la iniciativa, de 2020 a 2021.
En el marco de la nueva estrategia, los futuros proyectos energéticos tendrán que demostrar que emiten menos de 250 g de CO2/kWh para solicitar financiación.
Para 2021, los proyectos de combustibles fósiles ya no podrán recibir financiación y, para facilitar la transición, se dispondrá de más fondos para las energías renovables.
El Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha decidido dejar de financiar los combustibles fósiles: el brazo financiero europeo dejará de financiar proyectos que utilizan petróleo, carbón y gas a finales de 2021.
Esta decisión fue precedida de una larga jornada de negociaciones, debido principalmente al hecho de que la resolución del BEI afectará inevitablemente a la economía europea, especialmente en relación con los miles de millones de inversiones en proyectos de gasoductos en curso. Sin embargo, finalmente se ha encontrado un compromiso y la institución financiera se está preparando para convertirse en un «banco del clima» de pleno derecho.
Italia y Alemania se mostraron a favor después de la ampliación del plazo para detener la financiación de los proyectos de gas, que se pospuso de 2020 a 2021 precisamente para apaciguar a los países que deseaban más flexibilidad.
La ampliación del límite para los proyectos de gas, por otra parte, también era esencial para asegurar la bendición de la Comisión Europea, que se había opuesto a la fecha de 2020 para continuar sus planes sobre el gas natural como combustible de transición.
En una declaración oficial, la Comisión declaró que estaba «satisfecha de que el Consejo de Administración del BEI hubiera llegado a un acuerdo sobre la transición a la eliminación progresiva de los proyectos de gas«.
Finalmente, la nueva política de préstamos energéticos del banco fue aprobada con un apoyo muy amplio: miembros que representan el 90% del capital del banco votaron a favor, aunque países como Chipre, Estonia, Lituania y Malta se abstuvieron debido a la falta de mayor flexibilidad en materia de combustibles fósiles. Lo mismo se aplica a Austria y Luxemburgo, pero debido a lo que se ha percibido como una línea política débil sobre la energía nuclear. En el marco de la nueva estrategia de préstamos y financiación del BEI, los proyectos energéticos que soliciten financiación deberán demostrar que pueden producir un kilovatio-hora de energía emitiendo menos de 250 gramos de dióxido de carbono, lo que supone una reducción de 550 gramos de la norma anterior.
Además, en el caso del gas, el banco financiará proyectos utilizando nuevas tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, o combinando gas renovable con gas natural fósil. Por lo tanto, las nuevas normas permitirán que se tengan en cuenta los gases de baja emisión de carbono, como el biogás y el hidrógeno.
La nueva política del banco también aumentará el límite superior de financiación de proyectos energéticos para los países de bajos ingresos del 50% actual al 75%, para que puedan hacer frente a los retos de inversión energética a los que se enfrentan.
Por último, todos los Estados miembros podrán acceder a un límite máximo de financiación más elevado para los proyectos de energías renovables: según el plan de 2050, se necesitarán más de 500.000 millones de euros cada año para descarbonizar la economía de la UE en su conjunto, y el BEI sostiene que su nueva política liberará 1 billón de euros de inversión antes de 2030.
Este es un primer paso importante, no el último.
Andrew McDowell, vicepresidente del BEI.
Dos semanas antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebrará en Madrid, esta decisión envía una importante señal al mundo de que la UE y su banco se han comprometido a movilizar inversiones a una escala sin precedentes para apoyar la acción contra el cambio climático.
Emma Navarro, vicepresidenta del BEI.
Más información: www.reuters.com
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