Actualizado: 05/07/2024
En un mundo donde la obsolescencia programada parece ser la norma, una pequeña bombilla eléctrica ubicada en una estación de bomberos en Livermore (California) desafía las expectativas con su longevidad excepcional. Esta bombilla, conocida como la Bombilla Centenaria, ha estado brillando sin interrupción significativa desde 1901, convirtiéndose en un símbolo de durabilidad y eficiencia energética.
La Increíble Durabilidad de la Bombilla de Livermore: Un Icono de Sostenibilidad
Inventada por el francés Adolphe Alexandre Chaillet y puesta en funcionamiento a finales del siglo XIX, esta bombilla a incandescencia fue fabricada en una época en la que el consumo energético no era una preocupación común.
Inicialmente, su potencia era de 60 W, pero con el tiempo se ha reducido a unos modestos 4 W. A pesar de esta disminución, sigue iluminando el hangar de camiones del servicio de bomberos.
Tecnología tras su longevidad
Lo que distingue a la bombilla de Livermore de otras lámparas incandescentes es su tecnología de filamento de carbono. A diferencia de los filamentos de tungsteno de las bombillas modernas, el carbono mejora su capacidad de conducción eléctrica con el calor. Además, el filamento de esta bombilla es ocho veces más grueso que los actuales, lo que podría explicar su resistencia y durabilidad.
Sin embargo, el uso de filamentos de carbono también tiene sus desventajas. Con el tiempo, estos filamentos tienden a oscurecer las paredes de la bombilla y su producción es más costosa.
Récord de longevidad
Reconocida oficialmente en 1972 por el Guinness World Records como la «bombilla más duradera del mundo», la Bombilla Centenaria ha brillado durante más de 123 años. Este récord de longevidad la convierte en una prueba tangible contra la obsolescencia programada, demostrando que es posible crear productos eléctricos y electrónicos de larga duración.
Para garantizar su funcionamiento continuo, esta bombilla está conectada a una fuente de alimentación estable y vigilada permanentemente por una cámara web, permitiendo al público observarla en vivo a través del sitio web de la estación de bomberos número 6 de Livermore.
Supervivencia a los traslados
A lo largo de su historia, la bombilla ha sobrevivido a varios traslados. Desde su ubicación inicial en un almacén de equipos de bomberos en L Street, pasó por un garaje en el centro de la ciudad y posteriormente al Ayuntamiento de Livermore.
En 1976, fue trasladada a su ubicación actual en el hangar de la estación de bomberos en 4550 East Avenue, un movimiento que se realizó bajo escolta policial.
A pesar de estar en funcionamiento desde 1901, no fue sino hasta 1972 que la bombilla comenzó a atraer la atención de los medios. Desde entonces, ha sido objeto de numerosos artículos y reportajes en periódicos, revistas y cadenas de televisión y radio en los Estados Unidos, incluyendo NPR, NBC, Fox y CBS. En 2013, una interrupción de 9 horas y media debido a un fallo en la alimentación eléctrica provocó un breve pánico, pero la bombilla volvió a encenderse una vez solucionado el problema.
La Bombilla Centenaria de Livermore no solo es un testimonio de la ingeniería del pasado, sino también un recordatorio de lo que se puede lograr en términos de sostenibilidad y durabilidad. Para aquellos interesados en aprender más sobre esta maravilla de la tecnología, se puede encontrar información adicional en su página dedicada en Wikipedia. Esta bombilla no solo ilumina un hangar, sino también el camino hacia un futuro más sostenible y consciente del consumo energético.
Más información: wikipedia.org
Pedro dice
en 1920 empezó la obsolescencia programada.
Martín dice
Las lamparas incandescentes en un principio eran tan buenas que el diseño era para ser duraderas. A partir del cartel Phoebus organizado por Osram, Philips y General Electric, se controla la fabricación de este producto que ha impedido no solo el avance en las tecnologías necesarias para que tengan una gran vida utíl, sino que la misma de antemano tenía una vida finita. Es lo que conocemos como obsolescencia programada y que hoy se aplica en casi todo lo que consumimos.