Se ha iniciado la construcción de la turbina eólica más alta del mundo en la región oriental alemana de Lusacia, conocida por su producción de lignito, según informa el sitio web tecnológico heise online. El proyecto marca un avance significativo en la transición hacia energías más limpias y renovables, especialmente en áreas tradicionalmente ligadas a la extracción de combustibles fósiles.
La primera piedra de la turbina se colocó la semana pasada en Schipkau, estado de Brandeburgo, y se espera que las operaciones comiencen el próximo verano. La altura planificada de la turbina será de 364 metros, incluyendo las palas, lo que significa que será casi exactamente de la misma altura que la icónica torre de televisión de Berlín, según informa la emisora regional MDR.
La empresa responsable del proyecto, Beventum, junto con el desarrollador Gicon, midieron las velocidades del viento en grandes altitudes utilizando una torre de medición de 300 metros en el sitio de construcción. De acuerdo con sus estudios, la mayor altura de la turbina aumentará el rendimiento energético en un 40 %, lo que equivale al doble de la producción eléctrica con el mismo diámetro del rotor.
Ventajas de las turbinas de alta altitud
Jochen Großmann, fundador de Gicon, destacó que a esa altura, el viento no solo tiene una mayor velocidad promedio, sino también una distribución más uniforme, lo que se traduce en muchas más horas de operación a plena carga para las turbinas eólicas. Esta condición es comparable a la de las turbinas eólicas marinas, pero con las ventajas operativas de estar en tierra firme. «Esto significa que los costos de construcción y mantenimiento son significativamente menores, lo que tiene un impacto positivo en la rentabilidad del proyecto», añadió Großmann.
Además, las turbinas de alta altitud podrían hacer posible el aprovechamiento de la energía eólica en regiones con poco viento, donde hasta ahora no era económicamente viable. Esto abre la puerta a una mayor expansión de las energías renovables, permitiendo que más zonas geográficas puedan beneficiarse de esta tecnología.
Un diseño innovador y eficiente
La nueva turbina presenta un diseño novedoso que involucra una estructura de celosía con cuatro patas, similar a la Torre Eiffel en París, y postes eléctricos. La turbina estará sujeta a una torre interior móvil, lo que permitirá elevarla hasta una altura de 300 metros, superando las limitaciones actuales de las grúas. Este diseño modular y elevado no solo facilita la construcción, sino que también optimiza el uso del espacio, ya que la nueva turbina se construirá entre otras ya existentes, sin necesidad de terreno adicional.
Großmann explicó que «las torres son tan altas que los rotores no se superponen ni interfieren con el viento que aprovechan». Además, Gicon ha señalado que la producción de energía renovable puede desarrollarse en tres niveles: paneles solares en el suelo, turbinas eólicas convencionales en una capa intermedia y turbinas de alta altitud en la parte superior.
Sostenibilidad
Un aspecto notable de este proyecto es la aceptación de los residentes locales, quienes participaron desde el principio en el proceso de planificación. No hubo oposición al proyecto, lo que demuestra que la transición hacia energías renovables puede ser llevada a cabo de manera colaborativa y con el apoyo de las comunidades locales.
Este tipo de innovaciones es crucial en la lucha contra el cambio climático, ya que no solo proporcionan energía limpia y renovable, sino que también lo hacen de manera eficiente y rentable. La posibilidad de generar electricidad en diferentes niveles y en regiones con bajos vientos representa una nueva frontera en la explotación de la energía eólica, lo que podría transformar el paisaje energético en Europa y el mundo en las próximas décadas.
Además, este tipo de proyectos subraya la importancia de la sostenibilidad en regiones que tradicionalmente han dependido de la energía basada en combustibles fósiles. La construcción de turbinas eólicas tan innovadoras en una zona de lignito, como Lusacia, envía un mensaje claro: el futuro de la energía está en las renovables. Con este proyecto, Alemania reafirma su compromiso con la sostenibilidad y el liderazgo en tecnologías energéticas avanzadas.
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