Actualizado: 09/06/2020
Un estudio de la Universidad de York realizado en más de 700 ríos de todo el mundo alerta sobre la presencia de fármacos en altas concentraciones.
Concentraciones muy altas de antibióticos fluyen en las aguas de más de la mitad de los ríos del mundo: un estudio coordinado por la Universidad de York, en Gran Bretaña, ha lanzado la alarma, examinando 711 vías fluviales en 72 países, encontrando rastros de antibióticos en el 65% de los casos.
Los científicos enviaron kits para el análisis de 14 de los principales antibióticos del mercado a centros de investigación de los 6 continentes: una vez recogidas las muestras de las aguas de los principales ríos de las distintas regiones, se congelaron y se enviaron a Gran Bretaña para su análisis.
Los peores datos provienen de países asiáticos y africanos: la trimetoprima, un fármaco utilizado principalmente para el tratamiento de infecciones del tracto urinario, fue el más frecuente en las vías fluviales analizadas (307 de los 711), mientras que el más concentrado fue el metronidazol, que se utiliza sobre todo para el tratamiento de las infecciones bacterianas cutáneas y bucales y que se encuentra en cantidades 300 veces superiores a los valores límite de la AMR Industry Alliance, un organismo privado de monitorización y control de resistencia a la infección con antibióticos.
La ciproflaxina, utilizada para una amplia variedad de infecciones, es el compuesto antibiótico que más a menudo se encuentra en concentraciones por encima de los límites de seguridad (51 de los 711).
Bangladesh, Kenia, Nigeria, Pakistán y Ghana son los países en los que los niveles de antibióticos en los ríos superan con mayor frecuencia los niveles máximos de seguridad, pero también se han encontrado resultados preocupantes en América y Europa: el Danubio, en particular, era el río más contaminado del viejo continente, con 7 antibióticos encontrados en promedio en los puntos de detección (incluida la claritromicina, un fármaco utilizado para tratar las vías respiratorias y que se detecta en concentraciones cuatro veces más elevadas que las que se establecen como límites de seguridad).
Aproximadamente el 8% de los cauces analizados en Europa estaban por encima de los límites de seguridad.
El estudio confirmó que el mayor riesgo de contaminación se produce cerca de las plantas de tratamiento de aguas o residuos, o en zonas de conflicto e inestabilidad política como la frontera entre Israel y Palestina.
Las altas concentraciones de antibióticos en los cursos de agua podrían aumentar la resistencia de bacterias y virus a los medicamentos: según un estudio reciente de las Naciones Unidas, las bacterias resistentes a los antibióticos podrían causar hasta 10 millones de muertes en todo el mundo para 2050.
«Los resultados son bastante preocupantes, ya que demuestran la contaminación generalizada de los sistemas fluviales de todo el mundo con compuestos antibióticos – comentó el profesor Alistair Boxall, coordinador del estudio en el Instituto de Sostenibilidad Ambiental de York – Muchos científicos y responsables políticos reconocen ahora el papel del medio ambiente en el problema de la resistencia a los antibióticos«, agregó. La solución de este problema será un reto importante y requerirá inversiones en infraestructura para el tratamiento de residuos y aguas residuales, una regulación más estricta y la limpieza de los lugares ya contaminados.
El equipo de investigación se centrará en la evaluación del impacto ambiental de la contaminación por antibióticos en peces, invertebrados y algas.
Según el estudio, algunos ríos de Kenya estaban tan contaminados que no permitía la supervivencia de ninguna especie de peces.
Más información: www.york.ac.uk
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