Actualizado: 02/12/2021
De todas las injusticias que la industria textil puede cometer, el trabajo infantil está entre las peores. Un ejemplo son los campos de algodón de Uzbekistán, donde más de 2 millones de niños, algunos tan sólo de 7 años, se ven obligados por su gobierno a trabajar 10 horas al día, dos o tres meses cada año. Según la Organización Internacional del trabajo, que define el trabajo infantil como «trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad«, aproximadamente 168 millones de niños están atrapados mentalmente, físicamente, socialmente, en ocupaciones moralmente peligrosas que ponen en peligro su bienestar. Un grupo de educadores en Nueva Zelanda quiere cambiar esto.
Trabajando junto con UNICEF y Saatchi & Saatchi, Child Labor Free pretende ejercer el poder del consumidor para crear un mundo donde «los niños son libres de ser niños».
Para ello han creado un etiquetado que identificará las marcas y prendas que estén libres de explotación infantil.
Para obtener este certificado las marcas deberán proporcionar la información necesaria para la evaluación por parte del auditor Ernst & Young. Luego se evaluará el informe, que puede incluir recomendaciones para inspecciones in situ si se considera necesario.
Michelle Pratt, es el CEO y fundador de Child Labor Free: «Creemos que ‘Libres de trabajo infantil’ debe convertirse en un estándar reconocido a nivel mundial«.
El grupo está trabajando en la preparación para el lanzamiento durante la Semana de la moda de Nueva Zelanda a finales de agosto. Ya tienen varias firmas importantes adheridas a la causa.
Child Labor Free empezará con la ropa pero planea en un futuro incluir muebles, juguetes, productos de limpieza, cuidado de la piel y otros consumibles en este etiquetado.
«Lo que realmente queremos destacar es que se trata de un movimiento positivo para el cambio«, dijo Pratt.
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