Actualizado: 16/11/2022
Paneles solares que pueden emular una superficie de ladrillo o exhibir una composición floral con la que embellecer cualquier fachada, al tiempo que garantizan un rendimiento óptimo. Es lo que acaba de conseguir un equipo holandés con la presentación de Dutch Solar, una solución que combina estética y sencillez de uso con tecnología solar de alta calidad. “Como el diseño de los Países Bajos”, aseguran sus promotores.
Las imágenes con algunos ejemplos de hasta donde puede llegar esta innovación hablan por sí solas. Dutch Solar pone la energía solar un paso más cerca de la absoluta “libertad de diseño”, según sostienen desde el centro para la investigación de la energía holandés (ECN). Junto a él, han trabajado en esta nueva solución UNStudio, Design Innovation Group, la constructora de fachadas Aldowa, la Amsterdam University of Applied Sciences y la empresa TS Visual, especializada en impresión.
La suma de esta última firma ha sido clave, ya que es precisamente la técnica de impresión la que permite que estos paneles se aproximen a la flexibilidad total en cuanto a la estética. Así, la imagen que se desee para la instalación solar de una fachada se imprime de forma personalizada y a partir de un algoritmo que es el que garantiza que los paneles ofrezcan el efecto óptico deseado, con una cobertura mínima que no limite la entrada de luz y, con ello, merme la eficacia de los paneles.
Porque, aunque la estética ha sido una máxima, el objetivo de este conjunto de instituciones y empresas era dar con una tecnología que combinara apariencia, rendimiento y sostenibilidad. Y, por lo que aseguran, lo han logrado. “Hemos encontrado el punto óptimo, con un 30% de impresión a color y con un rendimiento garantizado del 80%”, explica el investigador del ECN, John van Roosmalen.
Para dar con este punto exacto de armonía ha sido necesario incorporar tecnología back contact, con la que se ha obtenido el fondo “perfecto” para la impresión y para la integración de las celdas fotovoltaicas. Esta tecnología, que ha aportado también flexibilidad en dimensiones y en producción, ha permitido mejorar en entre un 5 y un 10% el rendimiento de esta solución respecto a las células estándar.
Además de no quedarse atrás respecto a otras propuestas del mercado en cuanto a rendimiento, este panel tampoco lo hace en durabilidad, puesto que la vida útil de esta innovación (y de la solidez del color) se estima en veinte años.
A todo lo anterior se suma la flexibilidad del motivo que uno quiere exhibir en sus paneles, pero también del tamaño de los mismos e, incluso, del tipo de células solares a emplear. En este sentido, la tecnología de Dutch Solar vale para celdas monocristalinas y policristalinas de silicio, así com para células de capa fina.
Con un tamaño para los módulos que se sitúa en los 120×90 centímetros, algo por debajo del tamaño de los paneles convencionales, sus promotores defienden que están sumando aún más en flexibilidad. “Se alinea (el módulo) con los tamaños estándar para la industria de la construcción, que son los múltiples de 30 centímetros”, aseguran. Entre esto y la envoltura metálica a base de tecnología back contact, esta solución es viable para multitud de dimensiones y para aplicaciones muy variadas.
“Fachadas y anexos de fachadas; barreras acústicas en autovías o carreteras, marquesinas…”. Son algunas de las posibles salidas para estos módulos solares que ofrecen una alternativa más y, desde luego, más libre en lo estético, para arquitectos y constructores.
Más información: ECN.
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