El EMIT ha identificado más de 50 superemisores de metano en sus primeros meses de funcionamiento, y esa no es siquiera su principal tarea.
Un potente ojo en el cielo está ayudando a los científicos a espiar los «superemisores» de metano, un gas de efecto invernadero unas 80 veces más potente que el dióxido de carbono.
Ese observador es el instrumento de Investigación de Fuentes de Polvo Mineral en la Superficie de la Tierra de la NASA, o EMIT.
El EMIT ha estado cartografiando la composición química del polvo en todas las regiones desérticas de la Tierra desde que se instaló en el exterior de la Estación Espacial Internacional, ayudando a los investigadores a entender cómo el polvo en suspensión afecta al clima.
Ese es el principal objetivo de la misión del EMIT. Pero también está haciendo otra contribución, menos esperada, a los estudios sobre el clima.
El instrumento está identificando enormes columnas de gas metano que atrapan el calor en todo el mundo; de hecho, ya hay más de 50 de ellos.
El control de las emisiones de metano es fundamental para limitar el calentamiento global. Este nuevo y emocionante avance no sólo ayudará a los investigadores a identificar mejor de dónde proceden las fugas de metano, sino que también proporcionará información sobre cómo se pueden abordar, rápidamente.
La Estación Espacial Internacional y las más de dos docenas de satélites e instrumentos de la NASA en el espacio han sido durante mucho tiempo inestimables para determinar los cambios en el clima de la Tierra. El EMIT está demostrando ser una herramienta fundamental en nuestra caja de herramientas para medir este potente gas de efecto invernadero, y detenerlo en su origen.
Bill Nelson, administrador de la NASA
El EMIT es un espectrómetro de imágenes diseñado para identificar las huellas químicas de una variedad de minerales en la superficie de la Tierra. La capacidad de detectar también el metano es una especie de accidente feliz.
Resulta que el metano también tiene una firma espectral en el mismo rango de longitudes de onda, y eso es lo que nos ha permitido ser sensibles al metano.
Robert Green, investigador principal del EMIT
Green y otros miembros del equipo del EMIT dieron algunos ejemplos de la sensibilidad del instrumento durante la conferencia de prensa del martes.
Por ejemplo, el instrumento detectó una mancha de metano de al menos 4,8 km de largo en el cielo sobre un vertedero iraní. Según los investigadores, este superemisor recién descubierto bombea unos 8.500 kilos de metano al aire cada hora.
Eso es mucho, pero palidece en comparación con un grupo de 12 superemisores que el EMIT detectó en Turkmenistán, todos ellos asociados a infraestructuras de petróleo y gas. Algunos de ellos tienen hasta 32 km de largo y, en conjunto, añaden a la atmósfera terrestre unos 50.400 kg de metano por hora.
El EMIT detectó todos estos superemisores muy pronto, durante la fase de comprobación del instrumento. Según los miembros del equipo, su contribución debería ser aún mayor a medida que se ponga en marcha y los científicos se familiaricen con las capacidades del instrumento.
En realidad, sólo estamos arañando la superficie del potencial del EMIT para cartografiar los gases de efecto invernadero. Estamos realmente entusiasmados con el potencial del EMIT para reducir las emisiones de la actividad humana mediante la localización de estas fuentes de emisión.
Andrew Thorpe, tecnólogo de investigación del JPL
Vía www.nasa.gov
Juan Zurita Argüelles dice
Biodigestores en cada pueblo, edificio con separación orgánico. Y sembrar cañamones y árboles para sustituir petróleo.
Asqueado dice
No me jodas con la parcialidad, que miren los múltiples vertederos nacionales con nulos o escasos controles y veras que risa. Que parece que todo el problema sean tercermundistas y en casita tenemos por lo que callar y mucho.