En un esfuerzo sin precedentes por impulsar la producción de energía limpia a nivel transnacional, la Unión Europea ha abierto paso a un mecanismo de financiamiento de energías renovables que ha culminado con éxito. A través de esta innovadora iniciativa, dos o más países pueden colaborar en el desarrollo de proyectos de energía renovable, compartiendo recursos financieros y espaciales.
Finlandia y Luxemburgo: protagonistas de un cambio verde
Finlandia y Luxemburgo han sido los actores principales en esta primera subasta, desempeñando los roles de país anfitrión y contribuyente respectivamente. Finlandia ha ofrecido su territorio para la realización de proyectos fotovoltaicos, mientras que Luxemburgo ha apoyado económicamente estos esfuerzos, aportando un monto de 40 millones de euros.
La convocatoria de proyectos, que se lanzó en abril, tenía como objetivo captar propuestas para desarrollar instalaciones fotovoltaicas en territorio finlandés, con capacidades que oscilaban entre 5 y 100 MW, para ser beneficiados con subvenciones.
Ofertas que superan expectativas
Aunque la capacidad máxima que se planeaba incentivar era de 400 MW, la primera subasta solar transfronteriza ha superado las expectativas, recolectando propuestas para una potencia total de 516 MW, es decir, 116 MW por encima de lo inicialmente previsto. Para la Unión Europea, esto refleja una robusta competencia por el presupuesto disponible y demuestra el atractivo de invertir en energías limpias.
Beneficios binacionales en energía limpia
Pero, ¿cuál es el incentivo para que un país financie proyectos renovables en otro? Los beneficios son bilaterales. El país financiador puede acceder a la producción de energía limpia, especialmente si en su territorio esta es escasa o más costosa, mientras que los países anfitriones reciben inversión en proyectos de energía renovable sin afectar su presupuesto nacional.
Los beneficios se extienden además a la generación de empleo verde local, reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, mejora de la calidad del aire y modernización del sistema energético. Adicionalmente, ambos países comparten los beneficios estadísticos de la energía producida en cuanto a las metas ambientales europeas.
Hacia un futuro sostenible
Posterior a la subasta, la Agencia Ejecutiva Europea para el Clima, Infraestructuras y Medio Ambiente (CINEA) será la responsable de evaluar la elegibilidad de los proyectos y asignarlos en función del precio. Es decir, las ofertas más competitivas serán seleccionadas primero, siguiendo este criterio hasta que el presupuesto esté completamente asignado.
Después de la evaluación, los desarrolladores seleccionados serán instados a preparar un acuerdo de subvención para enero de 2024 y tendrán que activar sus instalaciones fotovoltaicas en un plazo de 24 meses desde la firma del acuerdo.
Con esta iniciativa, la UE no solo refuerza su compromiso con la sostenibilidad y la cooperación entre sus estados miembros, sino que también pone de manifiesto la eficacia de trabajar conjuntamente para construir un futuro energético más limpio y sostenible.
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