Las colillas de los cigarrillos – arrojadas a los desagües, aplastadas en las calles o tiradas en los parques – son un espectáculo común en todo el mundo.
Ahora una campaña lanzada por un grupo de adolescentes franceses quiere luchar contra su gran impacto ambiental.
Amel Talha lanzó el hashtag #FillTheBottle después de que un amigo recogiera colillas de cigarrillos en una botella de agua y publicara una foto en Twitter.
La campaña ya ha inspirado a miles de personas a limpiar lo que se considera la forma más común de basura, la mayor fuente de basura oceánica en el mundo.
El amigo de Amel, Jason Prince, publicó su primera imagen de una botella de agua de plástico llena de colillas de cigarrillos:
«20 minutos para llenar esta botella de 1 litro en un área de menos de 50 metros. Esto es extremadamente serio.»
Otro amigo, Christian Musitu Swamu, añadió: «No es mucho, pero si todos lo hicieran, sería algo genial«.
En 24 horas, miles de fotos, videos y tweets aparecieron usando el hashtag.
Amel dice que está en contacto con la empresa francesa MéGo para deshacerse de las colillas. MéGo recoge y recicla los filtros, procesándolos en sus fábricas para convertirlos en productos de plástico, incluidos los ceniceros.
¿Qué hay en una colilla?
Los filtros están hechos de acetato de celulosa, un producto sintético derivado comercialmente de la pulpa de madera. También se ha utilizado para hacer cinta magnética, gafas e incluso los ladrillos de originales de Lego.
La gente cree que los cigarrillos son biodegradables, no saben que son tóxicos, pero creen que las toxinas desaparecen por arte de magia. Pueden pasar de 18 meses a 10 años antes de que las colillas se rompan por completo.
Los plásticos, el arsénico, el plomo y la nicotina de los filtros pueden causar daños a las plantas, animales y a la vida marina.
Actualmente no existe una alternativa viable al Acetato de Celulosa para los filtros, así que lo mejor para ti y para el medio ambiente es que dejes de fumar.
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