Actualizado: 15/12/2021
Irónicamente, muchos de los lugares que más necesitan la purificación del agua son los que tienen infraestructuras menos desarrollada. Ahí es donde entra en juego un nuevo dispositivo de filtración que se activa con el sol, y del que dicen que funciona mejor que otros sistemas de purificación con energía solar.
Una de las formas más comunes de usar el sol para purificar el agua consiste en instalar lo que se conoce como destilador solar. Aunque existen varios tipos de destiladores solares, todos se basan en el concepto de recoger el vapor de agua puro condensado que se evapora del agua líquida contaminada al calentarse con el sol.
Aunque estas instalaciones son eficaces, a veces pueden tardar mucho tiempo en producir una cantidad decente de agua potable. En busca de una alternativa más rápida, los científicos de la Universidad de Princeton han desarrollado un dispositivo barato, parecido a una esponja, que extrae agua de un lago o estanque y libera agua purificada cuando se pone a la luz del sol.
En el corazón del filtro hay un gel polimérico con una microestructura similar a la de una malla. Ese gel está rodeado por una capa de un material de color oscuro llamado polidopamina, que a su vez está cubierta por una capa transparente de una sustancia derivada de las algas conocida como alginato.
Cuando se deja flotar el dispositivo en agua relativamente fría, la malla del gel queda suelta y abierta. El agua fluye a través de los poros de las dos capas exteriores, atraída por las moléculas hidrofílicas (que atraen el agua) del gel. Sin embargo, los poros del alginato son lo suficientemente pequeños como para no permitir el paso de contaminantes o patógenos.
Cuando se saca el filtro del agua y se pone a la luz del sol, la poldopamina oscura aumenta su ganancia solar, haciendo que se caliente. Al hacerlo, las moléculas hidrofóbicas (que repelen el agua) del gel son atraídas unas hacia otras. Esto hace que el gel se contraiga, escurriendo esencialmente el agua purificada del material esponjoso. El agua se recoge en un recipiente situado debajo del filtro.
En una prueba del dispositivo, se colocó inicialmente en el agua de 25 ºC del lago Carnegie del campus de Princeton durante una hora. Luego se sacó y se puso a la luz del sol durante otra hora, en el transcurso de la cual se calentó a 33 ºC y liberó el agua que había absorbido. Esa agua resultó estar libre de toxinas y patógenos, incluidos los microbios potencialmente dañinos que se encuentran en el lago.
Más información: onlinelibrary.wiley.com
Vía princeton.edu
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