Actualizado: 14/03/2021
Energía solar casi regalada. Es la razón por la que la comunidad científica lleva años explorando la perovskita, un material que, de sustituir al silicio en las células solares, tiraría los costes por los suelos. Sin embargo, la industria no está en ese punto porque es necesario seguir desgranando todos los detalles de este producto para poner remedio a su talón de Aquiles: la pérdida de rendimiento. Precisamente, por su empuje en este terreno, un joven físico cordobés, Gabriel Lozano Barbero, acaba de obtener el Premio Investigador Novel en Física Experimental.
Su habilidad para que su trabajo de investigación en optoelectrónica genere aplicaciones comercialmente relevantes y su participación en el desarrollo del primer modelo que describe el comportamiento óptico de las células solares a base de perovskita, son las razones por las que este joven forma parte del palmarés de los Premios de Física, que otorgan anualmente la Real Sociedad Española de Física y la Fundación BBVA.
La trayectoria de Lozano ha sido meteórica. Investigador principal del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla, del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), su aportación al conocimiento sobre la perovskita y su manera de interaccionar con la luz del sol es ya de peso para poder avanzar hacia celdas con una eficiencia superior al 35%.
Por el momento, las aproximaciones, que son constantes, están lejos de este porcentaje. Así, por ejemplo, uno de los mejores resultados ha llegado de la mano del Instituto de investigación belga IMEC, que diseñó un panel solar de perovskita y silicio con una eficiencia del 23’9%.
Este modelo, el de la combinación de ambos materiales, es una posibilidad que Lozano no descarta para el futuro en un momento en el que el silicio sigue siendo predominante, pese a sus costes. Así, tal y como informaba el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) cuando la perovskita empezaba a cobrar relevancia, el precio de los paneles solares de perovskita podría pasar a entre 7’5 y 15 céntimos de euro por vatio. En contraste, el de la tecnología solar en el momento en que se publicó este artículo del MIT era de 56 céntimos por vatio. Se estima que por debajo de los 37 céntimos, la solar estaría en condiciones más que suficientes de competir con las fuentes energéticas contaminantes.
Por ello, impulsar el conocimiento sobre la perovskita se ve desde la industria como determinante para extender la energía solar. Y en ello seguirá Lozano quien, además de este galardón, recibió una Starting Grant del Consejo Europeo de Investigación para impulsar sus investigaciones, con 1’5 millones de euros para el desarrollo de materiales que aproximaran las fuentes de luz más eficientes. Antes de eso, este físico pasó por el Departamento de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, el laboratorio europeo de espectroscopia no lineal de Florencia y el Departamento de Química de la Universidad de Toronto, además de realizar su estancia postoctoral en el Centro para la Física Atómica y Molecular de Amsterdam.
Deja una respuesta