Actualizado: 25/02/2021
El operador aeroportuario sueco informa de un descenso en el número de pasajeros, mientras que los ferrocarriles están registrando un número récord de pasajeros: desde que Greta Thunberg lidera las protestas en el país, más y más suecos están dejando de volar por razones medioambientales.
Términos como «flygskam» (literalmente «vergüenza por el avión»), «tagskryt» (alardear de ir en tren) y «smygflyga» (volar en secreto) son cada vez más populares.
Cada vez menos pasajeros en los aviones, y más en los trenes: en Suecia, el «flygskam» se está haciendo cada vez más popular, llevando a miles de personas a elegir sistemas de transporte menos contaminantes en detrimento de las compañías aéreas.
Swedavia AB, la empresa de servicios que gestiona 10 de los principales aeropuertos suecos, incluidos los de Estocolmo y Gotemburgo, ha dado a conocer este fenómeno: según los datos publicados por el operador, el número de viajeros que han elegido el avión ha ido disminuyendo constantemente en los últimos 7 meses, mientras que el año pasado fue el de menor crecimiento en número de pasajeros en una década. Por otro lado, SJ, el operador de los Ferrocarriles del Estado Sueco, registró 32 millones de pasajeros en sus trenes el año pasado, un récord que el operador vincula con el creciente interés en los viajes más ecológicos.
Una tendencia que coincide con el inicio de la protesta estudiantil nacida en Suecia, con la joven Greta Thunberg al frente, que desde septiembre ha destacado la importancia de desplazarse en tren y no en avión para combatir el cambio climático.
El fenómeno está tan extendido que la mayor compañía aérea sueca, Scandinavia Airlines (SAS), está preocupada. Bajo la presión de la caída de pasajeros, SAS está aplicando una serie de medidas para hacer sus vuelos más sostenibles: desde la sustitución del viejo y contaminante McDonnell Douglas MD-80 por el más moderno Airbus A320, desde la sustitución de asientos por asientos más ligeros (para reducir el peso y el consumo de los aviones) hasta la optimización de la cantidad de comidas para embarcarse en la estimación de los pedidos anticipados realizados por los pasajeros en el momento de la compra del billete.
SAS considera los biocarburantes como una posible solución: para aumentar la disponibilidad de biocarburantes, de los que actualmente no hay existencias suficientes para satisfacer la demanda del sector de la aviación civil, la compañía aérea ha iniciado una colaboración con una biorrefinería que debería permitir reducir las emisiones de los niveles registrados en 2005 en un 25% para 2030.
Swedavia AB también ha lanzado campañas de comunicación para asegurar a los pasajeros el compromiso del sector de la aviación de reducir las emisiones, como, por ejemplo, el programa que debería llevar a la misma compañía a cero emisiones de CO2 de los combustibles fósiles en los aeropuertos gestionados para finales de 2020.
Un estudio de WWF afirma que el 23% de los suecos han abandonado el avión precisamente para reducir su impacto ambiental, mientras que el 18% ha elegido como alternativa el tren por las mismas razones.
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