Francia apunta a los SUV aumentando el impuesto a los vehículos más pesados y contaminantes, una medida que se suma a las nuevas y estrictas normas europeas que se introducirán gradualmente el año próximo para reducir las emisiones de los automóviles.
Según una ley aprobada por el Parlamento francés, los coches que emitan dióxido de carbono por encima de un cierto umbral estarán sujetos a una multa de 20.000 euros (22.240 dólares) en 2020, superior a los 12.500 euros actuales. Al mismo tiempo, el gobierno está considerando la posibilidad de reducir los incentivos en efectivo para la compra de coches eléctricos.
Las medidas muestran que los responsables de las políticas todavía están buscando la mejor manera de respaldar el cambio hacia coches más limpios. Los vehículos utilitarios deportivos se encuentran entre los más contaminantes porque son más pesados y menos eficientes en cuanto al consumo de combustible. Sin embargo, según la consultoría Inovev, con sede en París, estos vehículos representaron el 30% de las ventas en Francia en los primeros 11 meses del año. Si bien las ventas de coches eléctricos están creciendo rápidamente, todavía constituyen una pequeña proporción del mercado global.
El impuesto sobre los SUV en Francia se produce cuando la industria automovilística europea se prepara para la introducción gradual el próximo año de las normas sobre emisiones, que multarán a los fabricantes de automóviles si sus ventas anuales totales de vehículos superan un límite medio de emisiones de carbono.
El Ministerio de Finanzas francés ha estimado que la multa a los SUV podría generar 50 millones de euros anuales de ingresos para el gobierno, que se usarán para ayudar a los fabricantes de automóviles a cambiar a vehículos menos contaminantes. El Ministro de Finanzas Bruno Le Maire también ha criticado los anuncios de los SUV, diciendo que deberían advertir a los consumidores de los efectos perjudiciales de los coches en el medio ambiente.
Al mismo tiempo, Francia también está tratando de reducir las subvenciones para los coches eléctricos y de hidrógeno en los próximos años en el supuesto de que los precios bajen. En 2020, el gobierno central dará hasta 6.000 euros para la compra de un coche eléctrico que cueste menos de 45.000 euros. El Ministerio de Medio Ambiente ha dicho que la subvención se reducirá en 2021 y 2022.
Las medidas relativas a los SUV y los coches eléctricos han sido objeto de críticas por parte de la industria francesa.
«Es una doble penalización para los consumidores«, dijo Luc Chatel, jefe del grupo de presión francés PFA en un comunicado, que calificó la política de «incoherente«.
«El mercado de los coches eléctricos no despegará sin fuertes incentivos para la compra«, dijo. «Todo el mundo tiene algo que perder: La industria, el medio ambiente y el poder adquisitivo de los franceses.«
Las subvenciones a los consumidores para la compra de vehículos eléctricos pueden ser costosas. Las bonificaciones de Francia alcanzaron los 550 millones de euros el año pasado, según el auditor francés. Alemania también ha puesto en marcha incentivos similares, que se estiman podrían costar hasta 2.600 millones de euros para 2025.
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