Actualizado: 14/03/2021
La escuela Pierre Mendes France, en La Rochelle, Francia, acaba de estrenar el que se ha convertido en el mayor techo solar orgánico fotovoltaico del mundo, con más de 500 metros cuadrados. Con esta instalación, que se completó en ocho horas, la tecnología empleada, diseñada por la alemana Heliatek, se ha puesto por primera vez en práctica real gracias a una alianza con ENGIE y el Departamento de la Charente Marítima.
Y de esta instalación orgánica fotovoltaica integrable en edificios (BiOPV, del inglés Building integrated Organic PhotoVoltaic) se espera mucho. En lo que se refiere a la escuela que la estrena, se prevé que los 22’5 kWp de capacidad instalada generen 23’8 MWh anuales. Esto equivale al consumo de cinco viviendas o al 15% de las necesidades de energía del colegio.
Sin embargo, tras esta puesta en escena, lo que se espera es que esta tecnología se extienda a otros edificios. Sus creadores la han llamado HeliaSol, una solución transparente, ultraligera y ultrafina, para su integración en fachadas o techos de edificios.
Con alrededor de un milímetro de espesor, esta cobertura fotovoltaica no solo destaca por su perfecta integración en cualquier tipo de construcción, nueva o existente, sino que lo hace por llevar al extremo la facilidad de instalación. Lo demuestra el proyecto emprendido en La Rochelle. Allí, un equipo de seis personas no necesitó más de ocho horas para montar 500 metros cuadrados de instalación.
No en balde, HeliaSol se promociona como una solución “lista para usar”. Para ello, la cobertura fotovoltaica incorpora un adhesivo en su parte trasera que es todo lo que hace falta para ajustarla al edificio. Por otra parte, la tecnología se comercializa con el cableado preconfigurado. Por ello, una vez se extiende y se fija con sus propios adhesivos, lo único que hace falta para empezar a captar energía del sol es conectar la instalación.
Esta simplicidad es una de las principales fortalezas de esta propuesta que, con esta primera experiencia en el suroeste francés, da el primer paso para su comercialización a nivel general. “Los tejados ligeros, que normalmente no permiten la instalación de tecnología solar convencional, podrán a partir de ahora producir energía limpia”, asegura Thibaud Le Séguillon, máximo responsable de Heliatek.
Con su nueva tecnología, capaz de adherirse a materiales tan variados como cristal, cemento, aluminio, acero o PVC, entre otros, esta empresa espera llegar a fachadas y tejados de cualquier edificio que busque una fórmula simple y eficaz para producir energía y reducir su huella de carbono, sin que la seguridad y la estética del inmueble se resientan.
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