Desarrollado por CRA, Italo Rotta y Richard Burdett, la candidatura de Roma para la Expo 2030 ofrece un modelo de transformación de los eventos temporales como modelo de desarrollo urbano sostenible.
Aprovechando el poder del sol, la empresa turinesa Carlo Ratti Associati, junto con el arquitecto Italo Rota y el urbanista Richard Burdett, han presentado su propuesta de plan director para la candidatura de Roma a la Expo Mundial de 2030 con el «Parque Solar de la Expo», que se convertirá en la «mayor huerta solar urbana del mundo«.
El plan maestro previsto en Roma explora el concepto de «energía compartida» alimentada por energía solar.
El proyecto utiliza la energía renovable como base de un común urbano del siglo XXI, en el que todos los países contribuyen a un parque solar que alimentaría el recinto de la exposición y descarbonizaría los barrios circundantes.
Carlo Ratti Associati
Si es elegida, la Expo 2030 de Roma se celebrará en Tor Vergata, una importante zona del municipio de Roma que alberga la universidad del mismo nombre, uno de los principales centros académicos de Italia, y un barrio residencial densamente habitado.
Como guiño a la arquitectura sostenible, una vez culminada la Exposición Universal de 2030, está previsto que todos los pabellones de eventos del distrito, incluido el renovado complejo «Vele» diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava, sean totalmente reutilizados, reciclados y reutilizados para albergar otras funciones.
Vivimos en un planeta urbano y repensar cómo usamos la energía en las ciudades es fundamental para contrarrestar el cambio climático. En Roma, el sistema de la Granja Urbana pretende generar energía suficiente para alimentar toda la Expo, haciéndola totalmente autosuficiente desde el punto de vista energético.
El parque solar de Roma tiene una superficie de 150.000 m2 y una capacidad de producción de 36 MW pico, lo que lo convierte en el mayor parque solar urbano de acceso público del mundo.
Los árboles energéticos son el componente principal de la Huerta Solar. Cada uno de ellos está rematado con unos cuantos paneles solares para cosechar energía. Además, los paneles pueden abrirse y cerrarse automáticamente para moderar la cantidad de luz solar que entra en el recinto de la Expo, controlar la temperatura y dar sombra a los visitantes. Vistos desde arriba, los árboles energéticos abiertos parecen casi piezas de azulejos, dando al proyecto su característico aspecto de mosaico.
Vía carloratti.com
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