«Hogar, dulce hogar«, la frase que todos anhelamos expresar con satisfacción después de una agobiante jornada de trabajo o un largo viaje. Sin embargo, ese lugar donde buscamos el descanso, el confort y la seguridad, muchas veces se nos puede llegar a hacer rutinario, incluso aburrido, mustio, desabrido. Entonces la frase del comienzo ya no es tan dulce, y es cuando comenzamos a pensar en cómo hacer de nuestra casa un espacio atractivo y relajante a la vez, sin que se nos vaya la vida en ello.
Más allá de los equipos electrodomésticos y muebles que hacen nuestro día a día más fácil, es en este momento donde hablamos de la decoración, y lo haremos de una forma tan sencilla que la palabra dejará de parecer un trabajo engorroso que sólo pueden hacer los profesionales en la materia, aunque hay trabajos que por su meticulosidad lo mejor es contratar un profesional. Por ejemplo, contratar un pintor nos hará que todo sea más sencillo y el resultado sea el mejor posible, hay ciertos trabajos y acabados que no están al alcance de todo el mundo.
Por supuesto, vamos a usar sus conocimientos, pero sobre todo aquellos consejos que nos ayudarán a encontrar el equilibrio perfecto entre lo minimalista y lo sofisticado, esos que nos permitirán diseñar habitaciones agradables, placenteras, modernas y divertidas a la vez, sin excesos y sin tener que gastar muchos recursos.
Menos es Más.
Empecemos por los esenciales: no subestimes el poder que tiene la organización de tu espacio sobre tu estado mental. La Academia de Neurociencias para la Arquitectura (ANFA) de San Diego (Estados Unidos) ha desarrollado una serie de estudios encaminados a descifrar cómo el ambiente y sus componentes influyen sobre tu salud emocional y estado de ánimo. Un lugar muy sobrecargado, ya sea de objetos, colores o patrones, puede crear una emocionalidad negativa en aquellos que cohabitan la esa residencia. Así que te recomendamos que hagas un inventario crítico sobre todos esos elementos que no cumplen ninguna función o propósito en tus salones y dormitorios, y vayas eliminando el desorden innecesario.
Una forma sencilla de hacerlo es recorriendo las habitaciones y recogiendo lo que podría considerarse como “desorganizado”. Luego, pregúntate: ¿para qué está eso en el cuarto?, y si no tienes una respuesta evidente y fácil, tal vez sea el momento perfecto para valorar la posibilidad de donar el artículo, o tirarlo si está en muy mal estado.
Finalmente, puedes lograr una nueva versión de tu hogar, con una apariencia más espaciosa y limpia. Sirva como referencia las tan agradables decoraciones japonesas de estilo Zen, cuyos principios se basan en la búsqueda de la paz interna a través de la armonía y el minimalismo.
La regla de tres.
Una maniobra muy práctica que te ayudará a refrescar y actualizar la imagen de tus habitaciones es la de crear agrupaciones usando la regla de tres en las decoraciones. Cuadros, jarrones, macetas, piedras, cualquier otro objeto decorativo que sea de tu interés, adquirirá mayor atractivo visual si los agrupas en números impares. Los grupos de tres son los más recomendados, ya que uno puede parecer demasiado simple, mientras que cinco o siete tienden a notarse desordenados.
Aprovecha las superficies desnudas de tus muebles y llévalas a otro nivel creando composiciones con la regla de tres. Al seleccionar los objetos, ten en cuenta que sean diferentes entre sí, pero que a la vez mantengan una coherencia de relación: si tienen formas desiguales, pueden compartir el mismo color o tonalidad, y si en cambio tienen diferentes colores, pueden tener la misma forma o estructura como característica unificadora.
El color para separar y unir.
Luz y color son dos valores de mucho peso en la creación de atmósferas atractivas y confortables en interiores. Si los combinamos pertinentemente podemos conseguir diferentes sensaciones, percepciones de amplitud, perspectiva, en general obtener una experiencia espacial más agradable. En este sentido, los tonos claros y fríos favorecen que las habitaciones parezcan más grandes, porque reflejan mejor la luz; mientras los colores más oscuros crean una impresión de un lugar más cerrado y pequeño. Con estos principios se pueden crear una amplia gama de combinaciones para conseguir una decoración de hogar eficaz.
Así, por ejemplo, si tienes una sala muy grande y quieres crear un ambiente más íntimo, puedes distinguir una pared de fondo en un tono oscuro de forma tal que contraste con los tonos más claros de otras partes. En otra instancia, si tu casa es pequeña, utiliza una paleta coherente que se extienda por los diferentes espacios para delimitarlos mejor. En este caso, es importante que los colores se relacionen entre sí, ya que la intención es darle a cada área su propia identidad de acuerdo con su función, pero sin perder la unidad de todo el hogar.
Un recurso muy práctico es repetir materiales similares, como puede ser la madera, y elegir un mismo color para todos los marcos, zócalos, puertas, ventanas y molduras en el techo. También obtienes una sensación de continuidad si limitas tu paleta a dos o tres colores y luego los aplicas en diferentes intensidades para producir diferentes efectos. Por ejemplo, puedes pintar las gavetas inferiores de la cocina en un azul oscuro, y luego elegir un azul más claro para las paredes del espacio contiguo.
Más que una inquietud, el crear un lugar placentero es una necesidad que se ha hecho imperiosa a partir de este último año donde las circunstancias sanitarias nos han forzado a pasar mucho más tiempo en nuestras casas. Pequeños cambios pueden hacer grandes diferencias, buscar el equilibrio y la armonía de una forma creativa, imprimiéndole tu propio carácter y personalidad, significará habitar ese dulce hogar que todos merecemos.
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