Actualizado: 05/07/2024
¿Sabías que un invernadero adosado puede ser la clave para reducir la demanda energética en tu hogar y mejorar tu eficiencia? En este artículo, exploraremos cómo esta estrategia bioclimática puede marcar la diferencia.
El invernadero adosado es un espacio cerrado y transparente que se ubica junto a una dependencia, con el objetivo de mantener condiciones óptimas de confort higrotérmico al controlar la temperatura y la humedad. Pero, ¿cómo funciona exactamente?
El concepto se basa en el famoso «efecto invernadero». Cuando la radiación solar atraviesa la superficie translúcida del invernadero, al llegar al interior se transforma en radiación infrarroja y queda atrapada. Este calor acumulado genera un movimiento de convección del aire conocido como termo-circulación, el cual puede aprovecharse para introducir aire caliente en la vivienda.
Es interesante destacar que el invernadero adosado funciona de manera opuesta en invierno y verano. Durante los días fríos, se mantiene cerrado, almacenando calor mediante aportes directos y transmitiéndolo a la estancia contigua mediante trampillas estratégicamente ubicadas. Durante la noche, se recomienda utilizar una cobertura aislante, similar a una cubierta estanca, para evitar la pérdida de calor.
Por otro lado, en verano, el invernadero adosado puede transformarse en un espacio sombreado, aprovechando la presencia de vegetación. Esta vegetación no solo proporciona sombra, sino que también contribuye al enfriamiento evaporativo del ambiente, refrescando el interior del hogar de forma natural y sostenible.
Implementar estrategias bioclimáticas como el invernadero adosado nos brinda la oportunidad de mejorar la eficiencia energética de nuestro hogar y reducir nuestra huella ambiental. Al aprovechar la energía solar de manera inteligente y regular las condiciones higrotérmicas, podemos lograr un mayor confort y bienestar, al tiempo que disminuimos nuestro consumo energético.
Imágenes vía angelsinocencio.com
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