La creciente preocupación por el impacto medioambiental nos lleva a buscar alternativas más sostenibles en nuestra vida diaria. Sin embargo, un reciente estudio europeo ha arrojado luz sobre una realidad desconcertante: las pajitas de papel, promocionadas como ecológicas, podrían no ser tan inofensivas como pensábamos.
¿Qué son los “químicos eternos”?
Los “químicos eternos” es el término popular para designar a más de 12.000 compuestos conocidos formalmente como sustancias poli- y perfluoroalquiladas (PFAS). Estos compuestos son notorios por su durabilidad y resistencia a la degradación, tanto en la naturaleza como en nuestro organismo. De ahí la etiqueta de «eternos».
Sorprendente hallazgo en las pajitas de papel
Un equipo de investigadores de la Universidad de Amberes, en Bélgica, inspirados por un estudio similar realizado en EE. UU. en 2021, decidió analizar las pajitas hechas de diversos materiales en el mercado europeo. Las pruebas se realizaron en 39 marcas diferentes, considerando materiales como papel, vidrio, bambú, acero inoxidable y plástico.
El resultado fue asombroso: el 90% de las pajitas de papel analizadas contenían PFAS. Aunque en concentraciones variables, se detectó la presencia de ácido perfluorooctanoico (PFOA), una sustancia relacionada con diversas enfermedades y que, cabe mencionar, está prohibida a nivel global desde 2020.
No solo el papel estuvo en el punto de mira. Las pajitas de bambú, otro material proclamado ecológico, tampoco se salvaron: el 80% de las marcas de pajitas de bambú analizadas contenían estos químicos. Las pajitas de plástico y vidrio arrojaron porcentajes de 75% y 40%, respectivamente. La buena noticia es que no se encontraron PFAS en las pajitas de acero inoxidable.
¿Qué significa para nosotros?
Aunque las concentraciones detectadas son bajas y representan un pequeño riesgo directo para la salud, el problema es la acumulación de estos químicos en el organismo a lo largo del tiempo. Thimo Groffen, autor principal del estudio, señala que aunque las pequeñas cantidades de PFAS no son perjudiciales por sí mismas, suman a la carga química ya presente en nuestro cuerpo.
Recomendaciones y reflexiones
El estudio no determinó si las pajitas recibieron un tratamiento intencional con PFAS o si fue una contaminación accidental. Pero, ante la presencia casi generalizada en las pajitas de papel, se sospecha que en algunos casos podrían haber sido usados como recubrimiento repelente al agua.
La recomendación clara de los investigadores es simple: optar por pajitas de acero inoxidable o, incluso mejor, reducir o eliminar completamente el uso de pajitas.
El mensaje es claro: no todo lo que se etiqueta como ecológico lo es en realidad. Es fundamental estar informados y tomar decisiones conscientes en nuestro camino hacia una vida más sostenible.
Más información: www.tandfonline.com
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