Una planta solar y un sistema de almacenamiento de baterías que funcionan en la isla de Lord Howe, en el mar de Tasmania, acaban de cumplir seis meses, según su promotor, y ayudarán a la pequeña comunidad insular a reducir en dos tercios su dependencia del diésel.
La isla de Lord Howe, situada a 700 kilómetros al noreste de Sídney, es un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, situado en el mar de Tasmania, entre Australia y Nueva Zelanda, y se autoabastece en gran medida de sus propias necesidades energéticas.
Dada su remota ubicación, el sistema solar fotovoltaico montado en el suelo y un sistema Tesla Powerpack se diseñaron específicamente para la isla y se integran con la microrred local y los generadores diésel que anteriormente eran la principal fuente de energía para la comunidad isleña.
Demostrando la fiabilidad de la tecnología solar fotovoltaica asociada al almacenamiento en baterías, el sistema navega con éxito durante tramos de hasta cinco días y noches sin ningún tipo de energía adicional generada por diésel.
El proyecto se había diseñado originalmente con una turbina eólica en mente, con la propuesta original de incluir dos turbinas eólicas con una capacidad total de 550kW. Sin embargo, los aerogeneradores se descartaron.
La planta final consta de 3.240 módulos fotovoltaicos con una capacidad combinada de 1,3 MW y un sistema de almacenamiento de energía Tesla Powerpack con una capacidad de 3,7 MWh, y el sistema de energía está gestionado por un controlador de microrredes Tesla.
Este proyecto demuestra que la energía solar y el almacenamiento de energía no sólo reducen las emisiones y otros riesgos medioambientales, sino que son fundamentales para garantizar la seguridad energética.
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