Ingenieros de la Universidad de California desarrollan un método para la producción en masa de material aislante de forma económica.
Un nuevo material aislante adaptable y económico.
El mar, y más concretamente la biología del calamar, es la nueva inspiración para las tecnologías de aislamiento.
Un grupo de ingenieros de la Universidad de California ha creado un nuevo material aislante «adaptable» observando la piel especial de estos moluscos.
Se trata de una solución económica capaz de controlar la disipación de calor mediante un mecanismo similar al que usan los calamares para alterar la transmisión de la luz.
No es la primera vez que estos animales sirven de musa para el mundo tecnológico.
La ciencia lleva mucho tiempo intentando reproducir la capacidad especial de los cefalópodos para activar de forma selectiva y reversible los cromatóforos de su piel.
Se trata de células que contienen pigmentos y que producen diferentes patrones de luz al expandirse y contraerse. Permiten a los calamares comunicarse entre sí o camuflar su cuerpo en caso de peligro.
Imitando este enfoque, el profesor Alon Gorodetsky y su equipo han creado un material aislante adaptable que controla la reflexión de los infrarrojos.
Los ingenieros describen la invención como una película de polímero con estructuras metálicas reconfigurables; las unidades pueden separarse entre sí de forma reversible y volver a juntarse a diferentes niveles de deformación.
Las islas metálicas de nuestro material compuesto se sitúan unas junto a otras en reposo y se separan cuando el material se estira, lo que permite controlar la reflexión y la transmisión de la luz infrarroja o la disipación del calor. El mecanismo es análogo a la expansión y contracción del cromatóforo en la piel de un calamar, que altera la reflexión y transmisión de la luz visible.
Alon Gorodetsky
No sólo es excepcional el planteamiento en sí mismo, sino también la receta del equipo para que el producto sea sostenible desde el punto de vista económico y medioambiental. Los investigadores aplicaron cobre a un sustrato de aluminio, rociándolo con múltiples capas de polímero.
La estrategia de fabricación combinada que hemos perfeccionado en nuestro laboratorio es un verdadero cambio de juego. Llevamos años trabajando con materiales y sistemas adaptativos inspirados en los cefalópodos, pero hasta ahora sólo habíamos podido fabricarlos en superficies relativamente pequeñas. Ahora por fin tenemos una forma de hacer esto rollo a rollo en una fábrica.
Alon Gorodetsky
Más información: www.nature.com (texto en inglés).
Vía uci.edu
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