Actualizado: 05/07/2024
La contaminación del agua es un problema que ha afectado a más del 50% de los ríos y lagos sólo en Estados Unidos, según datos del Environmental Integrity Project. Estos cuerpos de agua están tan contaminados que ni siquiera se puede nadar en ellos. Aunque hay métodos para limpiar estas aguas, suelen ser caros y consumen mucha energía. Pero, ¿y si un nuevo «material vivo» pudiese ser la solución?
Laccase: Una proteína con mucho potencial
La laccase es una proteína presente de forma natural en algunas plantas, insectos y bacterias. Su particularidad es que puede reaccionar con ciertos contaminantes comunes en el agua, degradándolos o reduciendo su toxicidad. Si bien esta proteína se presenta como una alternativa más económica y sostenible a los métodos tradicionales de descontaminación del agua, aún se desconoce cómo usarla de manera segura en entornos reales.
Una Innovación desde la Universidad de California
Investigadores de la Universidad de California San Diego (UCSD) han presentado una propuesta innovadora. Han desarrollado un «material vivo» impreso en 3D, compuesto por un gel a base de algas marinas lleno de cianobacterias genéticamente modificadas. Estas bacterias han sido diseñadas para producir laccase de manera continua.
Para mejorar su eficacia, este material se imprimió con una forma similar a un gofre, lo que aumenta su superficie y garantiza que la mayoría de las bacterias tengan acceso fácil a luz, nutrientes y gases, esenciales para su supervivencia.
Resultados Prometedores en Pruebas Preliminares
Como parte de la demostración inicial, se introdujo una muestra del material en agua contaminada con carmín de índigo, un tinte tóxico usado en la industria textil. Diez días después, el tinte fue neutralizado.
Además, las bacterias fueron diseñadas para autodestruirse ante la presencia de una molécula presente en el té negro, la teofilina. Jon Pokorski, co-investigador principal, explicó que tras actuar sobre el contaminante, se puede añadir una pequeña cantidad de esta molécula para eliminar las bacterias, evitando así liberar bacterias modificadas en el ambiente.
Futuros desafíos.
A pesar de los resultados positivos, es esencial tener en cuenta que esto es sólo un concepto inicial. Llevarlo a escala, es decir, aplicarlo en lagos o ríos enteros, es un desafío muy diferente que tratar una pequeña muestra en un tubo de ensayo.
El equipo de UCSD planea investigar cómo conseguir que estas bacterias se descompongan tras la limpieza sin la necesidad de añadir químicos externos.
Pokorski señaló: “Nuestro objetivo es crear materiales que reaccionen a estímulos ya presentes en el entorno”. Sin embargo, aun logrando esto, la laccase no puede neutralizar todos los contaminantes, por lo que se requiere seguir buscando más soluciones y, sobre todo, prevenir que estas sustancias tóxicas lleguen a nuestras aguas.
Vía ucsd.edu
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